Con la 'desescalada' hay cierta sensación de que esto ha sido un mal sueño que ya ha terminado. ¿Qué opina?
El mensaje es claro y global: esto no ha acabado ni acabará en un futuro próximo. Nuestras vidas van a seguir dependiendo de la COVID-19, a la espera de que la investigación encuentre la barrera contra el virus, es decir, la vacuna. Y no ocurrirá mañana. Todos los días se habla de la "inminencia" de la vacuna, pero no solo es descubrirla. ¡Hay que fabricarla!
¿En qué sentido fabricar la vacuna supondrá un problema?
Con cada nueva pandemia la capacidad de producción de vacunas ha estado muy por debajo de las necesidades. Esto es un reto para la OMS desde hace décadas. Incluso en EE UU la capacidad de fabricación está muy por debajo de las necesidades internas. Con la COVID-19 no solo hay que descubrir la vacuna, sino además crear nuevas instalaciones para producirla. Y existe la preocupación añadida de las desigualdades geográficas y sociales.
Suena muy pesimista.
No es pesimista, es realista.