En la vida hay que ser prudente. Ya sabes aquello de que de valientes están los cementerios llenos.
Por otro lado, hay que recurrir a los clásicos Murphianos: si algo puede salir mal, saldrá mal.
En ausencia de Murphy tiene ustedes a servidor -Zackary- con una de sus máximas que ha aprendido a lo largo de su vida: las cosas pasan o no pasan, pero rara vez pasan sólo una vez. Digamos que será la Primera de sus Leyes Zackarianas cuál tablas de Moises.
En cuanto al virús, no había pensado en ello, pero una vez visto su comentario resulta evidente: a menos mortalidad, más contagiabilidad. El clásico susto o muerte.