Tienes toda la razón. Lo que estamos viendo es un fenómeno que no va a ir a menos sino a más.
El ser humano tiene la memoria corta. Os acordáis de aquella pregunta que parecía retórica, ¿estamos dispuestos a pagar más por la electricidad a cambio de que venga de fuentes que generen menos CO2? Pues aquí estamos. Ahora a ver cómo salen los políticos del lío en el que se han metido solitos. Obviamente con más impuestos.
Lo cierto es que faltan muchos años para que Europa en general, y España muy en particular, puedan depender sólo de fuentes renovables. Y con los palos al carbón y al petróleo, simplemente estamos agravando el problema a corto y medio plazo.
Los países en desarrollo no se pueden permitir estos lujos, y seguirán tirando de las fuentes más baratas. Pero es que por poner dos ejemplos, Alemania o Japón han tenido que dar marcha atrás a sus dogmas ideológicos ante la cruda realidad. Los primeros volviendo al carbón (eso sí, diciendo que "temporalmente" para salvar la cara), y los segundos también a carbón y sobre todo a la reactivación nuclear, que para el país de Fukushima dice mucho sobre la impotencia actual del mundo para prescindir de las energías tradicionales.
Aquí, en España, seguiremos con la demagogia y la política de la avestruz.