Hola, buenas tardes a todos.
Aunque merodeo por estos lares rankianos desde hace varios años, lo cierto es que cada vez encuentro más atractivo leer lo que escriben otros y más enredoso pergueñar algo mínimamente decente que compartir.
Nunca he posteado en este hilo pero, y sé que peco de OFF TOPIC, se ha suscitado un debate paralelo que se podría titular "Análisis de las bases individualistas del hombre como antecedente a la sociedad". No me resito a meter baza.
Yo creo firmemente en el individualismo como fuerza motriz del avance humano. Nuestra especie no puede desperdiciar los ramalazos de brillantez de uno (científicos, artísticos) al diluirlos en una masa gris y poco reactiva, que finalmente se beneficia de esos genios aunque no llegue a enterarse nunca.
Esos adelantos o se comparten de buen grado (retribución justa mediante) o se esconden egoistamente para conseguir ventajas desleales, al final las leyes naturales actúan implacables sobre los que se distancian demasiado...
La especie humana, así, ha sido durante la mayor parte de su proceso evolutivo, una especie individualista o, al menos, de grupos pequeños (minúsculos más bien) diseminados por los distintos ambientes naturales. La genética y el medio natural interaccionando para desarrollar múltiples posibilidades, variedad, de modo que siempre haya las máximas opciones de seguir poblando el planeta.
Fue la evolución la que "obligó" a nuestra especie a constituir esas micro sociedades (nómadas inicialmente). Es una cuestión fisiológica puesto que, a diferencia de la mayor parte de las otras especies animales, nacemos demasiado desvalidos. Fruto del crecimiento volumétrico del cráneo en las distintas especies de homínidos los huesos de nuestra cabeza al nacer son demasiado blandos y están sin cerrarse porque llegó un momento en que, literalmente, no se podría pasar por el canal del parto (dilataciones incluidas).
Es una ventaja que los pequeños reciban una atención comunitaria, sobretodo en sus inicios. Esa es la base de nuestra especie y por tanto de todas nuestras sociedades, sean más o menos decadentes. El individuo o el pequeño grupo familiar, que al adquirir caracter sedentario con la agricultura/ganadería constituye el germen de sociedades cada vez más complejas, naciones, estados... Ninguno de estos "edificios" debe perder de vista el respeto a cada uno de sus "ladrillos" si de verdad quiere aportar prosperidad y seguridad de forma justa y recurrente, cohesionada...
Los sistemas políticos extremos han solido despreciar esto a lo largo de la Historia.
Si nos centramos en los últimos tiempos tras la etapa feudal/monarquías absolutas, se observan dos casos de esos extremos.
El capitalismo radical que busca el beneficio total es individualista pero en grado excluyente, de modo que sólo unos pocos poseen la mayor parte de los bienes, en especial los más productivos. Y desprecia al individuo que no tiene nada, originando "castas".
El comunismo se basa en la posesión "pro-indiviso" de los medios de producción incluyendo el factor trabajo, lo que pasa es que aunque la idea es muy bonita siempre ha derivado en sistemas más o menos dictatoriales, porque necesita despreciar al individuo para anular la propiedad privada. Pero precisamente por eso está destinado al fracaso. Porque la noción de propiedad privada es tan esencial a nuestra especie como el aire que respira o el agua que sacia su sed. Es espacio vital, es reserva salvadora para el futuro incierto, es instinto.
La sociedad justa y equilibrada, que no desprecia a nadie, quimérica si queréis, a mi modo de ver estaría muy cerca del comunitarismo cristiano (ojo, no comunismo). Es justo poseer y acrecentar lo poseído, pero teniendo siempre presente que es vital compartir, aunque hay que respetar que esto se haga por elección y no por imposición. La libertad ante todo, aunque sea para ser un egoista, un individualista extremo.
Tener mucho no es malo, lo que es malo es tener demasiado. La función social de la propiedad privada nace precisamente de esto (y por tanto es secundaria), de aprender a compartir voluntariamente lo que excede de un nivel de vida decentemente bueno (incluyendo lo que guardo como reserva) en mis años de vacas gordas con la esperanza de que otros hayan aprendido lo mismo para mis años de vacas flacas. Hoy por tí, mañana por mí una y otra vez.
Esto es mucho más visible en sociedades lo más "rurales" posible, con el menor grado de artificio. La verdad está en la Naturaleza, y aquellos que viven o han vivido así tienen más presente esos ciclos.
El problema, a mi modo de ver, es que cada vez estamos más "dirigidos" a vivir en meganúcleos con la excusa de gestionar mejor los recursos. Y se provoca el efecto contrario, una distorsión de la verdad, como unas interferencias, que conduce a crear necesidades falsas para someter la voluntad de cada uno. Todo muy subrepticio, muy tenue, muy difuso, muy dulce...
Bueno, corto que ya me he pasado varios pueblos en esta "premiere". Seguro que si queda alguno despierto a estas alturas me agradece que vuelva a mi cubil un par de años por lo menos...