Los inversores dan por superada la epidemia de coronavirus y se preparan ya para el momento en el que se empiece a desmontar el armazón de estímulos monetarios y fiscales que ha apuntalado la economía en este periodo de crisis.
Los analistas coinciden en que la reacción de los mercados estará ligada estrechamente al calendario y al ritmo de esa retirada de estímulos, lo que, a su vez, dependerá en buena medida de la marcha de la inflación, que se ha convertido en una variable clave.
"La principal preocupación de los inversores es cuándo se acabará la fiesta de estímulos monetarios y fiscales", subraya Javier Santacruz, profesor de Economía del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
"Se vigila el momento en el que la música de la fiesta se apague y haya que afrontar los daños que ésta deje. El camino de vuelta va a ser extraordinariamente difícil de transitar dado el elevado volumen de deuda, tanto pública como privada", añade.
La posibilidad de que los bancos centrales retiren sus estímulos antes de tiempo es ahora mismo la principal preocupación de los inversores, por delante de la inflación y de la eventual subida de impuestos, según la última encuesta de gestores de fondos elaborada por Bank of America (NYSE:
BAC).
Las cuestiones relacionadas con la epidemia de coronavirus, que habían encabezado la lista de preocupaciones durante un año, pasaron en marzo al tercer puesto y ocupan el cuarto en abril.
Lo que más temen los inversores son los llamados "taper tantrums", el riesgo de que una retirada prematura de estímulos provoque una "rabieta" en los mercados de deuda.
La expresión procede de la conjunción del término "tapering" (que alude a la retirada de estímulos) y de la palabra inglesa "tantrum", que significa "rabieta" o "berrinche".
"Los inversores están mirando lo que puede pasar después de la pandemia, el escenario de los próximos dos años, cuando la economía se haya normalizado", explica Nicolás López, de Singular Bank.
En su opinión, se plantean dos escenarios. En primer lugar, que la combinación de estímulos monetarios, tipos bajos y reactivación económica "acabe generando inflación de una forma desbocada".
En ese caso, los bancos centrales podrían verse obligados a subir los tipos de interés, lo que, según López, "podría retrotraernos a la situación de estanflación (estancamiento económico con inflación) de los años setenta".
En el segundo escenario, una posible retirada de los estímulos y la obligación de los gobiernos de reducir sus déficit podrían llevar a una "japonización" de la economía, que apenas crecería.
En este contexto, la evolución de los precios se ha convertido en un elemento clave.
La gestora estadounidense Pimco, una de las mayores del mundo, considera que la inflación repuntará en los próximos meses, pero se moderará a final de año.
En su informe "Perspectivas cíclicas: lidiando con un amago de inflación", Pimco señala que los inversores estarán "muy atentos" a los riesgos de inflación a corto plazo, lo que provocará "una elevada volatilidad" en los mercados.
La gestora considera que la inflación seguirá "una trayectoria accidentada" este año en la mayoría de los países, lo que podría generar "cambios bruscos en las expectativas a largo plazo y potenciales subidas de las rentabilidades de los bonos".
A su juicio, el efecto base (los precios se comparan con los vigentes hace un año, cuando estalló la crisis del coronavirus) y el encarecimiento de los productos energéticos "empujarán las tasas de inflación interanual hasta niveles bastante más elevados" en los próximos meses.
Sin embargo, Pimco cree que esas subidas "se revertirán hacia final de año", ya que las economías están lejos del pleno empleo.
La gestora prevé que la inflación se mantenga por debajo del objetivo de los bancos centrales en todas las grandes economías desarrolladas tanto en 2021 como en 2022.
Pimco espera que la Reserva Federal de EE.UU. empiece a reducir gradualmente sus compras de activos a finales de este año o principios del próximo.
No obstante, para evitar un "taper tantrum", la gestora ve probable que esa retirada se avise con tiempo y se combine con el mensaje de que los tipos de interés se mantendrán bajos.
Pimco no contempla una subida de los tipos de interés en EE.UU. hasta 2024, aunque los mercados descuentan alzas ya en 2023.
La gestora considera "menos predecible" la evolución de los programas de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE), ya que está supeditada al objetivo de "preservar unas condiciones de financiación favorable", una expresión poco precisa.