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El Banco Central Europeo puede empezar a retirar gradualmente las medidas de estímulo de emergencia cuando el ritmo de vacunación contra el coronavirus alcance un nivel decisivo y la economía se acelere, declaró Luis de Guindos, vicepresidente del banco, a un periódico italiano.
El BCE se reunirá de nuevo el 10 de junio y los responsables de política monetaria más conservadores ya piden un recorte de las compras de bonos, mientras que otros, sobre todo del sur del bloque, abogan por seguir mostrando paciencia a la hora de retirar las ayudas.
"Si al acelerar la campaña de vacunación, conseguimos haber vacunado al 70% de la población adulta de Europa para el verano y la economía empieza a coger velocidad, también podemos empezar a pensar en abandonar el modo de emergencia en el ámbito de la política monetaria", dijo De Guindos al diario La Repubblica.
"La normalización de la política monetaria debería ir de la mano de la normalización de la economía", dijo en la entrevista con el periódico.
Hasta ahora, menos del 30% de la población del bloque ha recibido sus primeras vacunas contra la COVID-19. Según los expertos, es poco probable que el 70% de la población esté totalmente vacunada antes de finales de julio, y se considera que el plazo más realista es finales de agosto.
Pero De Guindos también advirtió del peligro que supone mantener los estímulos de los bancos centrales durante demasiado tiempo, advirtiendo que los efectos secundarios podrían ser tan perjudiciales como retirar las ayudas demasiado pronto.
"Prolongar las medidas de emergencia durante demasiado tiempo puede suponer un riesgo moral, así como la zombificación de partes de la economía europea", dijo.
Gran parte del sector de los servicios europeos se mantiene a flote gracias a las subvenciones públicas, y De Guindos pidió a los Estados que eliminen esas ayudas sólo de forma gradual, aunque eso suponga una carga para los presupuestos y eleve aún más los niveles de deuda.
"Será crucial que estas medidas se retiren gradualmente y con mucha prudencia después de la crisis. De lo contrario, corremos el riesgo de frustrar la recuperación", dijo.