El ser humano no es un papel en blanco en el que puedes escribir lo que quieras, la naturaleza está por encima de toda lógica teórica que se quiera implementar.
Lo primero que tienes que tener en cuenta es que toda política, sea monetaria o del tipo que sea, casi nunca contempla catástrofes, quiebras del sistema o fallas enormes, puedes teorizar lo que quieras pero al final el ser humano tiende a planificar las cosas dentro de una normalidad relativa, de hecho, hace poco más de una década, en la época del "España va bien", ni el más negativo de los analistas pensaría que España podría pasar del 35% de la deuda al 150% o aprox. real. Nadie tiene en cuenta las guerras, nadie tiene en cuenta los desastres naturales, ninguna política económica tiene en cuenta la crecida del mar un metro, ni un accidente nuclear masivo, ni una pandemia... por tanto, las políticas son proyecciones regladas, maneras de actuar en un estadio de normalidad, a la larga la mayoría fracasan, y deben ser cambiadas con el paso de los varapalos sufridos.
Lo segundo que hay que tener en cuenta y que muchos sesudos economistas y teorías económicas ni siquiera plantean es que todo está vivo y es imperfecto, el terreno de juego es un caos, un campo de minas... sólo tienes que dar a 20 personas distintas 500 metros de terreno para que siembren hortalizas y darles un año para ver los resultados, la naturaleza misma del ser humano hará que no todos tengan los mismos frutos, habrá diferencias enormes, aún habiendo tenido los mismos recursos, todo es imperfecto y todo pronostico incierto.
Por tanto, no sólo se necesitan herramientas teóricas y buenas intenciones, si no más bien hombres capaces de hacer, emprender y estar dispuestos a perder o ceder en interés del resto, lo mismo que antes lo hacía el buen rey, ahora deben mover ficha ese 0,000001% de la población que ha demostrado poder acaparar mucho, pues ya sería hora de que demuestren ese poder en otro sentido, poco se va a poder hacer si la élite mundial que nos maneja no se deciden a cambiar las cosas de verdad.