Con tristeza me entero de que el gran Pedrob no asiste a la cena del uranio.
“Dijo también el señor: he aquí Satanas os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tu, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no solo a la cárcel, sino también a la muerte. Y Él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces” Lucas 22. 31-34.
Una pena no disfrutar de tu presencia. Se que resulta cansino desplazarse hasta Madrit, aunque incluso supone un viaje mucho más sicodélico tomar el tren de la bruja desde nuestra querida Asturias, y albergó la esperanza de que algún paisano se acerque a la pitanza…
En mi opinión en la cena deberíamos adoptar la estrategia de reservoir dogs. Los móviles los carga el diablo y loas fotos dejémoslas para los intrépidos tiktokers. No descarto que en ese Tailandés abunden los contactos Grinder, pero desde mi perspectiva, prefiero el estilo de Paco Martínez Soria en la ciudad no es para mí.
Piénsatelo Pedro, puede que tras un par de Johnnies double black, hablemos de alguna mina cercana que puede hacer x20, siempre que la necesidad apremie y el buenísmo claudique.