Con 25 años yo no hablaba idioma alguno excepto el inglés macarrónico que suelen enseñar (sí, aún) en, España. Me decían que si no hablaba idiomas ya, no podría aprender después de. mayor. Aquello me pareció un cuñadismo de antología.
Con esa misma edad me fui a Alemania por una semana se vacaciones, pero Sandra se cruzó por el camino.y y fueron finalmente dos meses.
A la vuelta no hubo más Sandra, pero siy academia de alemán. Hice tres cursos anuales en nueve meses, uno detrás de otro.
Antes de mi te(u)tona ba(r)vara, el alemán era un idioma endemoniado y dificilísimo. Después de ella, sexy y sencillo. Bastantes años después me acuerdo de casi todo... Y nunca lo he vuelto a estudiar.
Al poco, en un año, me saqué el B2 de inglés y de otro idioma exótico minoritario pero muy importante para todas las lenguas occidentales que todos decían que no servía para nada. Pues no hay día que no lo hable, jaja. Y es mi idioma favorito.
Ahora estoy con francés, hace pocos meses no sabía nada pero cada dia entiendo más. Por su parte, el inglés es C1-C2 y mi lengua de trabajo. También chapurreo italiano y portugués, como todo español.
Ahora la gente dice que tengo un talento especial con las lenguas o que soy muy inteligente (con 25 años era un petardo, recuerda).
Pero en realidad, ¡solo se trata de motivación y ganas!
Encuentra la tuya: Sandra, tu trabajo, el gusto de hacerlo, de hablarlo... o la sonrisa de un niño.
¡Ánimo!