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Re: Cobas AM: Nueva Gestora de Francisco García Paramés
No controlo nada pero también me han surgido las dudas que planteas. Y aunque es muy generalista creo que da pistas para alguna de las preguntas un libro que he terminado de leer hace poco y que creo que al menos parcialmente he puesto por aquí:
Al igual que pasó con el petróleo, la producción de gas natural en los Estados Unidos comenzó a declinar a principio de la década de los 70 y así siguió hasta bien entrada la década del 2000, cuando las nuevas técnicas de fractura hidráulica (fracking) generaron una nueva edad de oro para el gas natural. En 2009, los Estados Unidos superaron a la federación rusa como principal productor mundial de gas natural, aumentando anualmente la diferencia con crecimientos de la producción anual de entre el 4 % y el 5 %, mientras la producción gasista de Rusia ha estado prácticamente estancada. Tan solo en el año 2016, la producción de gas en los Estados Unidos decreció debido a los bajos precios del petróleo y del gas natural convencional, que produjeron cierres de pozos de fracking que no podían ser competitivos en ese entorno de precios.
Después de Estados Unidos y Rusia, los siguientes principales productores de gas natural son: Irán, Catar, Canadá y China. El principal consumidor de gas natural del mundo también es Estados Unidos, que, a pesar del crecimiento de su producción en los últimos años, ni siquiera llega a cubrir sus necesidades internas. El segundo consumidor es Rusia, seguido de China, Irán y Japón. El consumo de gas natural en China prácticamente se ha multiplicado por cuatro en la última década, en parte debido al crecimiento económico del país, pero principalmente a causa de los grandes problemas de contaminación que sufre el país por el uso intensivo del carbón. Esto ha llevado a las autoridades a seguir políticas de eliminación del carbón cerca de las grandes urbes. Un ejemplo de estas políticas es la subvención íntegra de calderas de gas natural a los ciudadanos que todavía las tienen de carbón. Aun así, el consumo de gas natural en China es solo del 6,2 % de su energía primaria, así que seguirá en aumento y se convertirá en muy poco tiempo en el segundo consumidor mundial. El consumo de Japón también se incrementó mucho tras el accidente nuclear de Fukushima en 2011, ya que este produjo una paralización de muchas centrales nucleares que tuvieron que ser sustituidas por centrales de gas. Aunque obviamente este crecimiento fue mucho menor al crecimiento chino por simple cuestión de tamaño. Según el BP Statistical Review of World Energy de 2017, las reservas probadas de gas natural en el mundo son 186,6 billones de metros cúbicos, reservas que al ritmo de consumo actual durarían 52 años y medio. Las mayores reservas no se encuentran en los Estados Unidos sino en la federación rusa y en Irán. De hecho, al ritmo de consumo actual y solo con las reservas probadas a 2016, los Estados Unidos agotarán su gas en menos de 12 años. Otros países con grandes reservas de gas natural son Catar y Turkmenistán.
A diferencia de lo que pasa con el petróleo, donde los diferentes crudos de referencia mundiales tienen precios que no suelen diferenciarse más de un 10 o un 15 % los unos de los otros, en el caso del gas natural la diferencia de precio por regiones es muy acusada. Los precios del gas natural se fijan en los hubs virtuales de gas, mercados organizados que hay en las distintas regiones y que marcan distintas referencias de precio. Las referencias más importantes son el Henry Hub (HH) en los Estados Unidos, el British Balancing Point (NBP) en el Reino Unido, el Title Transfer Facilitie (TTF) holandés y el Japan Korea Market (JKM) japonés. Pues bien, en diciembre de 2016 el precio del HH, el gas americano, estaba en 11,68 €/MWh, mientras que el precio del JKM, el gas en Japón, estaba en 28,57 €/MWh, casi un 250 % más. Estas diferencias aparentemente escandalosas no son ni siquiera las mayores que ha habido en los últimos años. A final de 2011, justo después del accidente de Fukushima el precio del gas en el JKM japonés era cuatro veces superior al del gas americano.
La razón de estas diferencias enormes, tan superiores a las del petróleo, son varias. La más importante es que no existe una infraestructura lo suficientemente desarrollada para que haya un arbitraje eficiente de precios. Para poder transportar el gas hay que hacerlo por gaseoducto o por buque de gas natural licuado, y para poder transportarse el gas licuado debe haber plantas de licuefacción en el país exportador y plantas de regasificación en el país receptor, pudiéndose generar cuellos de botella y generando costes adicionales al gas. Por otro lado, la mayoría del gas natural que se consume en el mundo se hace por gaseoducto, lo que es un impedimento para la igualación de precios. Adicionalmente, acontecimientos como la enorme producción de gas no convencional en Estados Unidos o el accidente de Fukushima han generado tendencias de precio opuestas entre Norteamérica y Asia.
Pedro Fresco Torralba. El futuro de la energía en 100 preguntas (Spanish Edition) (pp. 74-76). Nowtilus. Edición de Kindle.