Buenas:¿Ha empezado el gran acuerdo para poner fin al petróleo barato?
Los principales países productores de petróleo se están movilizando para cerrar el primer gran pacto global en 15 años, con el objetivo de limitar su producción en niveles de enero. Si este acuerdo ve la luz, el barril de Brent podría escalar fácilmente hasta los 40 dólares, pero eso no significa que la era del crudo barato haya llegado a su fin.
Aitor Atozqui / www.invertia.com
Jueves, 18 de Febrero de 2016 - 7:52 h.
Rusia, Arabia Saudí, Catar y Venezuela sentaron ayer las bases para un pacto global entre los principales países productores, con el objetivo de estabilizar la producción de crudo. Y hoy Irán ha mostrado inesperadamente su apoyo a cualquier iniciativa internacional destinada a impulsar los precios. Firmas como UBP estiman que, si este acuerdo ve la luz, el precio del barril de petróleo podría escalar fácilmente hasta el entorno de los 40 dólares en los próximos seis meses.
Sin embargo, una cosa es que el petróleo pueda estabilizarse e incluso registrar una moderada recuperación a lo largo del año y otra muy diferente que la era del crudo barato haya llegado a su fin. Pese a la buena voluntad de los países productores, que han sufrido con dureza el impacto del desplome del crudo, este acuerdo es estrecho de miras y tendrá un impacto muy limitado para resolver el complejo escenario de sobreproducción que presiona al oro negro.
Nadie sabe qué va a hacer el mercado, pero existen varios motivos para desconfiar de que un acuerdo para congelar la producción vaya a provocar una recuperación sostenida de los precios del petróleo en 2016.
Compromiso con la inacción: A priori, que dos productores tan importantes y tan diferentes como Arabia Saudí (OPEP) y Rusia alcancen un pacto para congelar su producción puede parecer impresionante. Pero el impacto real de esta medida es muy limitado ya que durante los últimos cuatro años las exportaciones de petróleo de ambos países se han mantenido relativamente estables en torno a los niveles actuales. Es decir, en realidad Rusia y Arabia Saudí se han comprometido a no alterar sustancialmente las políticas que llevan realizando desde hace años. Por otra parte, aunque Irán ha mostrado su apoyo a este tipo de medidas, no ha concretado acciones y sigue determinado a elevar su producción notablemente.
Producción en niveles récord: La producción mundial de petróleo rozó en enero máximos históricos, así que estabilizarla en estos niveles no contribuirá en absoluto a acabar con el exceso de producción. De hecho, en enero Rusia marcó un récord post soviético en 10,88 millones de barriles diarios. La Agencia Internacional de la Energía estima que en el primer semestre se suministrarán, de media, 1,5 millones más de los que se consumen. Y algunos expertos prevén que la OPEP extraiga este año 900.000 barriles diarios más que en 2015 y que Irán incremente su producción en otros 500.000 barriles. Con semejantes perspectivas, es improbable que el precio del crudo emprenda una recuperación sostenida en los próximos meses.
El apoyo a medias de Irán: El ministro de petróleo de Irán, Bijan Zanganeh, ha mostrado esta tarde su apoyo a cualquier esfuerzo para estabilizar los precios… pero no ha precisado si su país tomará medidas más allá del apoyo moral. De hecho, miembros del Gobierno también afirmaron hoy que “Pedir a Irán que congele su nivel de producción de petróleo es ilógico”. Tras el levantamiento de las sanciones internacionales por su programa nuclear, Irán se fijó el objetivo de volver a recuperar sus niveles previos de producción y, la semana pasada, incrementó su producción en 400.000 barriles diarios y dejó la puerta abierta a otro incremento de 200.000 barriles. Los bajos precios podrían llevar a Irán a ralentizar las exportaciones, pero difícilmente le convencerán de renunciar a cuota de mercado en favor de su principal adversario político, Arabia Saudí.
Guerra al fracking: El principal motivo del actual exceso de producción no es la ralentización económica, ni la debilidad de la demanda, sino la guerra de precios entre Arabia Saudí y los productores norteamericanos. Los nuevos competidores de EEUU y Canadá han inundado el mercado de crudo gracias a la innovadora y polémica técnica del fracking y el país del Golfo ha mantenido el pulso, obstaculizando una rebaja de producción por parte de la OPEP, en un esfuerzo por conservar su cuota de mercado. Los bajos precios han dañado la economía de Arabia Saudí, pero han sido devastadores para los frackers, hasta el punto de 74 productores de EEUU tienen serias dificultades para afrontar el pago de su deuda, según Moodys. Si el petróleo regresa la zona de los 60 o incluso los 50 dólares, los productores norteamericanos reanudarían su producción, volviendo a inundar el mercado de petróleo.
La sombra de la recesión: Los mercados emergentes representan más del 52% de la demanda de petróleo y, pese a lo que refleja la caída de los precios, el apetito por el oro negro no muestra síntomas de debilidad. De hecho, la AIE estima que en los países que no pertenecen a la OCDE la demanda crecerá en 2016 un 2,3%, en 1,1 millones de barriles. Pero un rápido encarecimiento del crudo podría dañar la demanda, especialmente, si se confirman los temores a una nueva (e improbable) recesión global o, en su defecto, a una ralentización económica más severa de lo previsto. La debilidad de los mercados emergentes pondría freno a la recuperación de los precios.
Saludos