Sinceramente, creo que todo esto es secundario a largo plazo. Sin menospreciar los vaivenes que puedan haber a corto plazo según se desarrollen los acontecimientos, porsupuesto.
Personalmente, me importan más algunos datos macro que veo alarmantes, y pienso que colocan a España en una posición delicada en caso de que las cosas se pongan feas (estamos viviendo amagos de ello).
La tasa de paro está por encima del 20% y el paro estructural creo recordar que ronda el 17%, una locura si lo comparamos con los países a los que nos queremos parecer.
La deuda pública ha sufrido una escalada vertiginosa en apenas 6 años pasando del 35% del PIB al 100%, desde unos 300.000 millones de € hasta el billón. La pagaremos nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos.
Ahí es nada. Todo el mundo debería estar hablando indignado en los bares todos los días sobre estas cosas (pero claro, es más interesante debatir sobre si Rajoy le da la mano a Sánchez o si Bescansa lleva al bebé al Congreso). Sin menospreciar la corrupción, que supone una lacra que arrastramos vegonzosamente desde hace demasiado tiempo, y que es sintomática de la gestión realizada en todo lo demás, incluyendo los datos macro que comento. En fin, si Montesquieu levantara la cabeza se tiraría de los pelos.
El déficit se nos descontrola todos los años, y las CCAA parecen 17 reinos de taifas donde cada uno hace lo que quiere en su cortijo. Pero papá Draghi nos recompensa comprando deuda a mansalva, en lo que supone una patada hacia adelantre que algún día deberemos afrontar.
Y eso como botón de muestra.. Ya seguiré en otro comentario. Es demasiado temprano para ponerme tan furioso...
Un cordial saludo Tj_4127.