Yo tampoco hago recomendaciones, y para ser un buen inversor se precisan al menos dos cosas:
1. Conocimientos, y
2. Aptitudes personales.
En cuanto a conocimientos, uno debe distinguir cuales son los “pilares” sobre los que fundamentar la inversión, como pudieren ser:
a) Conocer la historia de las bolsas y la sicología de masas
b) Conocer la teoría de la inversión (gestión pasiva vs. gestión activa)
c) Conocer bien a tus competidores (todos luchamos por obtener rentabilidad y distribuir los riesgos a los demás participantes en los mercados)
Y a partir de estos tres últimos puntos, poder asentar una estrategia de inversión.
Para una estrategia de inversión a largo plazo, conociendo ya la historia de las bolsas, la teoría de la inversión y a tus competidores, parece conveniente que la cartera de inversión contenga activos que se comporten de forma distinta ante distintos escenarios como de inflación, deflación y normal. Es por lo que la cartera de inversión se dividiría en tres grandes clases de activos: Renta fija, inmuebles y renta variable. Y en una segunda fase se elegirían aquellas subclases de activos entre estas tres grande clases de activos cuya correlación sea “óptima”.
Una vez determinadas las subclases de activos, como pudiere ser “Renta Fija a Corto Plazo” y su respectiva ponderación, hemos de entrar en el análisis y selección de producto. En este estadio hemos de ser capaces de trazar lo que yo denomino “La línea Roja”. Distinguir aquellos productos p.e. de renta fija que me son útiles (por sencillez, transparencia, etc..., los criterios los pones tú mismo) de aquellos que descarto sistemáticamente.
Llegados a este punto, y reconociendo que lo que le interesa al inversor es la “rentabilidad neta” de la inversión (se entiende deducidos costes e impuestos), es cuando llegamos al papel que pueden jugar los impuestos en nuestras inversiones.
Supongamos que deseamos invertir en el ETF Euro Stoxx 50. Y que existen cinco ETFs de distintas gestoras cuya domiciliación (aspecto jurídico) se encuentra en países distintos. En este caso estamos ante “productos sustitutivos”, en el que la diferencia o la decisión podría marcarlo la tributación en el país de origen, siempre que el aspecto tributario en origen pueda ser un elemento significativo que contribuya a un incremento de la rentabilidad neta de la inversión.
En otros casos, nos encontramos con productos alternativos (que no sustitutivos). Y aquí entran igualmente una serie de criterios para la elección de un producto. Unos primarios y otros secundarios. En algunos casos, un criterio secundario como pudiere ser el fiscal, puede convertirse en primario si su efecto sobre la inversión es significativa. Ante productos sustitutivos y alternativos uno no tiene necesariamente que elegir “uno único”. La estrategia de uno mismo puede indicar que se trata de productos complementarios. El análisis de producto debe sentar la base para otorgar prioridades (decidir que cantidad de dinero invertir en cada uno de ellos).
En cuanto a aptitudes personales:
Dominando ya la fase de conocimientos, deberíamos ser capaces de tener o mantener una opinión propia y diseñar nuestra estrategia de inversión.
La estrategia diseñada y conducta del propio inversor conviene contratarla con una serie de experiencias adquiridas a lo largo de los años que dictan la supervivencia en los mercados financieros. Por ello, expongo aquí los puntos dictados por E. Gallego, los cuales comparto:
Guía de supervivencia en la jungla bursátil
· Toma conciencia de tu situación como pequeño inversor con sus limitaciones y sus ventajas
· Ajusta tus expectativas a unos niveles realistas
· Aprende a manejar la información y a distinguir el buen asesoramiento del malo
· Aprende a pensar en términos de probabilidad
· No olvides que la mayoría de la sabiduría bursátil tiene fecha de caducidad
· Determina con claridad a qué estás jugando en cada momento y juega a ello hasta el final
· Aprende a utilizar los planes sistemáticos de inversión
· Aprende a sacar provecho de las situaciones extremas
· Evita lo que no seas capaz de entender
· Evita los castillos en el aire
· El dividendo es muy importante
· No especules, pero si especulas hazlo bien
· Controla el riesgo
· Considera todos los factores en juego, rentabilidad pero también riesgo, fiscalidad, costes de transacción y costes de oportunidad.
Esta es la forma en la que me enfrento a los mercados, y creo que queda claro el papel que juega la fiscalidad en esta forma de entender la inversión.
Queda por consiguiente claro, que una estrategia basada exclusivamente en la fiscalidad de productos no es la forma en la que yo encaro los mercados.
Saludos cordiales,
Valentin