Hoy por hoy, no, siempre. Sin riesgo no hay rentabilidad.
El problema es que no se suele ver el caso en el que existe riesgo y se pierde sistemáticamente dinero, porque solo nos fijamos en el valor nominal. Imaginemos que tengo una cantidad en una cuenta corriente en un banco.
¿Eso no tiene riesgo? Sí, lo tiene. El banco puede quebrar y yo perder el dinero, todo él. Pero existe el Fondo de Garantía de Depósitos, dirán algunos; sí, pero el último dato conocido (de 2016) decía que el patrimonio neto del FGD era de 1.597 millones de euros y solo por la Caja de Ahorros del Mediterráneo la provisión es de más de 4.000 millones. Por lo tanto, al tener el dinero en una cuenta corriente tenemos el dinero en riesgo ya que dependemos, a efectos prácticos, de la solvencia de la entidad, exactamente igual que si comprásemos un bono senior de la misma, con la diferencia de que no nos remunera igual.
Por otra parte, tenemos el desgaste que supone la inflación (y no vamos a considerar el coste de oportunidad que supone no estar invertido).
En resumen, que todo el dinero que tienes en una cuenta corres el mismo riesgo de la renta fija y no tienes ninguna de sus ventajas, además de perder poder adquisitivo sistemáticamente
Ahora mismo para alguien que quiera mantener el poder adquisitivo a largo plazo le sale mucho más a cuenta una obligación a 10 años del tesoro español, que da un cupón del 1,525 %, y llevarla a término.
Eso sí, y ya lo he dicho en otra parte, el desconocimiento de cómo funcionan los mercados financieros en general, y la renta fija y los fondos de renta fija, en particular, resulta perturbador. Sin duda, es mucho mejor para la inmensa mayoría estar en liquidez. No se ha de invertir en lo que no se conoce.