Mi visión de los mercados es la de siempre: sobrerreacción e intereses cortoplacistas de los que intervienen en ellos. Si uno se dedica a invertir a largo plazo en fondos que incorporan empresas sólidas, con buenos fundamentales, lo de los mercados es, simple y llanamente, ruido. La prensa simplemente hace de amplificador de ese ruido.
En definitiva, es cuestión de realismo y disciplina: un 5-6 % por encima de la inflación anualizado a 10 años es lo razonable si uno está en renta variable al 100 %; eso implica que habra años con caídas si en alguno se ha llegado al 20 % de rentabilidad.
Yo no sé cuánto va a corregir el mercado y creo que nadie lo sabe; tampoco cuánto durará la corrección. Lo único que tengo claro es que yo estaré invertido cuando venga la recuperación y, para ello, en estos momentos, no muevo absolutamente nada. Pero eso no significa que mis inversiones estén quietas: mis fondos están gestionados por profesionales que aprovecharán para comprar empresas interesantes a precios interesantes, por lo que la corrección tiene un componente muy positivo. Los que inviertan en índices estarán ahora (como siempre) al albur de los sentimientos del personal, la geopolítica y del comportamiento de empresas menos buenas junto con las buenas.