Los novatos siempre pagamos la novatada.
En septiembre de 2021, como tenía cuenta en MyInvestor por aquello de tener 15.000 euros máximo, al 1% durante un año, eché un vistazo a los fondos que se podían contratar y al final me decanté por su roboadvisor, eligiendo la cartera metal, que es 100% renta variable. Decidí quedarme aquí por comodidad y comisiones bajas.
Al empezar 2022 mantenía el roboadvisor, y había suscrito aparte un fondo de small caps y otro de Europa, porque me parecía poco, y además decidí entrar con una parte relevante en materias primas, dado el alza que estaban protagonizando. No tenía bonos en la cartera.
Pero tras el rally de Navidad vi que se empezaba a torcer todo, amplificándose más al comienzo de la guerra de Ucrania y sobre todo en marzo, momento en que las materias primas tocaron techo y cayeron en picado. Y me las comí con patatas fritas, tsatsiki y guacamole. No me percaté de que estaba todo en sobrecompra.
La traca final de fiestas fue el movimiento del put collar de JPMorgan a finales de abril, que terminó de consumar, en mi caso, un desastre de proporciones bíblicas. Ese fue el último día que registré pérdidas y el día en que la novatada terminó.
A partir de ahí, llamada a capítulo y reflexión.
Y en estas, el amigo Cárpatos, en uno de sus vídeos, fue el que finalmente me abrió los ojos con un gráfico de barras en el que se mostraba que ningún activo del mercado ni los bonos eran refugio para entrar a largo en 2022, hasta ese momento, y cuyas perspectivas tampoco eran muy halagüeñas. Añadía que, muy probablemente, el que quisiera ganar algo este año, tendría que convertir la inversión en una guerra de guerrillas. Es decir, usando técnicas especulativas.
Pensé y repensé bien todo aquello y dije SÍ, pero sin plataformas de trading, que dan mucho vértigo y se parecen a una sala de apuestas o a un casino.
Revisé los restos de mi naufragio y vi que el fondo indexado al SP500 se había comportado bien durante varias semanas seguidas para luego volver a bajar otras tantas, y así sucesivamente en una suerte de montaña rusa que iba abarcando los meses. Pensé que cada rebote se podría aprovechar para intentar ganar un pequeño porcentaje cada vez. Y así tacita a tacita ir recuperando y, a ser posible, ganar algo. Ya para entonces el análisis técnico no me sonaba a chino y lo tenía más machacado.
Y como sobre el SP500 hay mucha información a diario, sobre todo en lo referido al análisis técnico, me decidí a probar sólo con fondos indexados a este índice. Primero lo tenía sin cubrir porque el euro caía, pero ahora lo tengo cubierto.
Y hasta hoy sigo entrando en sobreventa y saliendo en sobrecompra, sin buscar un timing perfecto.
Aproveché el rebote de mayo, el que fue de mitad de junio hasta mitad de agosto, así como el último y vigente hasta la fecha (donde casi por casualidad acerté el timing) que comenzó el 17 de octubre y que ya está en sobrecompra.
Con estos movimientos, enjugué las pérdidas y conseguí sobradamente los objetivos de este año (me gustaría duplicar la inversión en un plazo de 10 años).
Y como dije ayer, mi apuesta para el inicio de 2023, sería a algo parecido a una mezcla de bonos y bolsa, pero en diferido:
- Bonos públicos de EEUU cubiertos del riesgo divisa por si el euro sigue fuerte (creo que en MyInvestor no hay ningún fondo de bonos corporativos cubierto, pero seguiré mirando).
- Liquidez mantenida en un fondo monetario en euros, más que nada para conservar el capital, ahora que están en buen momento, para luego sacar ese dinero y entrar en renta variable (indexado del SP500) cuando se encuentre a un nivel atractivo.
De forma que me quedaría una cartera sencilla, a porcentaje aún por decidir, de bonos y bolsa, abandonando toda clase de trading o similar en la tendencia alcista que vendrá. Descarto la gestión activa en renta variable.
Soy plenamente consciente de que quizá me estaré perdiendo el potencial de subidas de las bolsas de mercados emergentes y de Europa, pero en principio eso no debería impedirme conseguir los objetivos.
Así que nada, probaré con esto, equivocado o no, esta es la estrategia que voy a seguir para el inicio de 2023. Como se suele decir, el mérito de mi éxito y la culpa de mi fracaso sólo son míos. Ya os contaré como me va. Acepto y respeto las sugerencias de todos vosotros, que con el tiempo que os llevo leyendo no tenéis precio por las grandes aportaciones que realizáis y que seguro que son de ayuda a los demás para sacar sus propias conclusiones.
Saludos y perdonad el tocho.