Me voy a permitir volver a esta conversación tras las interesantes aportaciones realizadas en los últimos días por
@docetrece,
@josmalobla,
@e-t82,
@halicate y
@topolucas (espero no olvidarme de nadie, si es así lo siento).
Pienso que en algunas de las aportaciones pesan mucho las categorías tradicionales -lo que es comprensible-, y se obvian cuestiones fundamentales que, al menos en mi opinión, creo que importan y mucho. Voy a tratar de simplificarlo en algunos puntos:
1. Que no se invierta inicialmente todo el capital en RV no quiere decir que lo no invertido se guarde en el colchón. Con esa cantidad también puede conseguirse una rentabilidad muy interesante a la espera de ser invertido en RV, vía letras, cuentas remuneradas o fondos de RF de menor riesgo. Esto nos hace conseguir una rentabilidad de ese dinero y reducir enormemente la ratio riesgo-rentabilidad, que creo que es también un objetivo en sí mismo, sobre todo en las primeras fases de la inversión, en las que normalmente se tiene un conocimiento escaso del mundo de la inversión -si es que alguna vez se tiene un conocimiento amplio, todo sea dicho-.
2. Que no se invierta inicialmente todo el capital en RV no quiere decir que, directamente, nos vayamos a una estrategia DCA. En mi caso, dependiendo de la situación del mercado y del perfil de riesgo y la experiencia inversora, sugeriría -y así lo hago- una aportación inicial al mercado que, si bien habría que estudiarlo con detenimiento en cada momento y persona, podría variar entre el 30-70% de todo el capital. El resto a producir en activos de menor riesgo y a aportaciones periódicas y excepcionales en bajadas.
3. Este punto creo que es fundamental, al menos para entender mi aproximación a la inversión: todos hablamos del largo plazo como un mantra, pero ¿qué es largo plazo y cuándo lo alcanzamos? ¿Cinco años, 10, 20, 40 años o más como Buffett y el difunto Munger? Todos estamos de acuerdo en que vamos al largo plazo, yo lo leo muchísimo y me lo repito mucho, la cosa es sobrevivir en el camino para no desviarnos de ese objetivo. Porque lo que aporta rentabilidad es, precisamente, el verdadero largo plazo, y si te viene un mercado bajista entus inicios y pierdes parte del capital vas a tener una gran propensión a confiar menos en ello o, directamente, a salir del mundo de la inversión. Sin tener que ir a lecturas más sesudas de Premios Nobel, recomiendo la lectura de "The psichology of money", de Morgan Housel, libro que es muy fácil y entretenido de leer e instructivo sobre, entre otros, este punto en concreto.
Por último, y ya volviendo a los inicios de esta conversación-debate con
@pedro-becerro, en un mensaje indiqué que personalmente recomendaría cubrir moneda en los inicios inversores, pues el riesgo divisa es un añadido a una multitud de incertidumbres y riesgos que ya de por sí se asumen en el mercado. Y es cierto que a verdadero largo plazo -ver punto 3- y entre divisas fuertes la paridad recomienda no cubrir para obtener un plus de rentabilidad. Pero, como dije en su momento, no me parece lo mismo recomendar no cubrir moneda con el EUR/USD en 0,9 que en 1,6. O con el yen en el cambio de hace cuatro años o en el actual. Y para ello aporté los datos de un fondo mío de Comgest, y ahora voy a aportar los datos de otro fondo bastante comentado de ese país, para que no se pueda decir que no aporto datos reales y actuales:
Nomura Funds Ireland plc - Japan Strategic Value Fund Class I EUR (sin cobertura):
3 años anualizado: 8,39
5 años anualizado: 9,49
Nomura Funds Ireland plc - Japan Strategic Value Fund Class I EUR Hedged (cubierto):
3 años anualizado: 17,54
5 años anualizado: 16,57
Así que parece que. en este caso, la cobertura sí que ha rentado, y bastante, en un plazo de cinco años (que para muchos ya entra en la categoría de largo plazo).
En resumen, en mi opinión las grandes categorías y estudios -aportar todo al inicio vs. DCA, no cubrir moneda es mejor opción...- están muy bien y sirven de referencia, pero creo que este mundo de la inversión, como la vida, está llena de matices y hay que tratar de aplicar el sentido común, la prudencia y diseñar una estrategia de entrada y de inversión que nos sirva para conseguir el "mantra" del punto 3: el verdadero largo plazo, signifique lo que signifique esa mágica expresión.