Cuando reembolsas un fondo, automáticamente te retienen un 19% de la plusvalía, si la hubiera. Si tiene minusvalía no te retienen nada. Al año siguiente, al hacer la declaración se regulariza. Se calcula el importe exacto a pagar por todas las plusvalías menos las minusvalías del año, y si ese importe es menor del total retenido (ha habido minusvalías) te devuelven la diferencia. Si el importe es mayor (te pasas en la escala del 19%), tendrás que pagar lo que falte, que no será mucho.
Si dentro de 10 años vendes lo ganado y te quedas con el inicial, te cargas el interés compuesto, lo mejor de las inversiones a largo plazo. Es mucho mejor no venderlo. Y después de 10 años, medianamente bien invertido, es bastante raro tener minusvalías en un fondo.
¿Cómo hacer el reembolso final?
Depende para qué lo quieras.
Si tu objetivo es complementar la pensión de jubilación, puedes reembolsar un % anual del total de tu inversión. Con un 4% anual (regla del 4%), por ejemplo, tienes muchas posibilidades de sacar dinero sin descapitalizarte. Aunque también puede suceder que se produzca una bajada de la bolsa y no te llegue con ese 4%, teniendo que sacar un porcentaje mayor en el peor momento. O sencillamente, puedes sacar el dinero según lo vayas necesitando, y si se acaba se acabó.
Si tu objetivo es sacar mucho dinero de golpe, para comprar una casa por ejemplo, deberías escalonar las salidas. 5 años antes sacas 1/6 del capital que precisas, otro sexto al año siguiente, y así hasta completar los 6/6 justo en el momento en que los necesitas. O algo parecido, dependiendo mucho de la composición de la cartera. Si tiene renta fija, tal vez no haga falta escalonarlo tanto.
Lo bueno es que tienes mucho tiempo para pensártelo.