#20416
Re: El Bar de los Pufforeros. Inversión de la A a la Z: Fondos, ETF, planes de pensiones, acciones, metales preciosos...
Sumisión también está bastante entretenida. No obstante, a Houellebecq le pasa un poco como a Javier Marías. Escriben muy bien, tienen un estilo excelente y unos personajes interesantes y muy sugerentes, pero llevan treinta años escribiendo la misma novela.
En todas ellas, con diversos matices y cambios de nombres, sus protagonistas son siempre el mismo -trasunto de ellos, además-, la historia es muy similar y la trama perfectamente reconocible antes casi de empezar. Para los que nos gusta es un placer, y es completamente normal que un escritor, como cualquier otro profesional, se especialice en aquello que sabe hacer, pero dejan una continua sensación de déjà vu y de que si intentaran otra cosa podrían ampliar su campo literario muy satisfactoriamente.
Pérez Reverte, sin ir más lejos, es un ejemplo de esto último: sus protagonistas siguen siendo el mismo siendo otros distintos y ajenos, en tiempo y contexto. No diré que tiene más talento, porque no soy quien para juzgar, pero entiende mejor la función literaria de un escritor: abrir nuevos mundos y explorar nuevas mitologías, no recrearse en el onanismo del merecido éxito.
En todas ellas, con diversos matices y cambios de nombres, sus protagonistas son siempre el mismo -trasunto de ellos, además-, la historia es muy similar y la trama perfectamente reconocible antes casi de empezar. Para los que nos gusta es un placer, y es completamente normal que un escritor, como cualquier otro profesional, se especialice en aquello que sabe hacer, pero dejan una continua sensación de déjà vu y de que si intentaran otra cosa podrían ampliar su campo literario muy satisfactoriamente.
Pérez Reverte, sin ir más lejos, es un ejemplo de esto último: sus protagonistas siguen siendo el mismo siendo otros distintos y ajenos, en tiempo y contexto. No diré que tiene más talento, porque no soy quien para juzgar, pero entiende mejor la función literaria de un escritor: abrir nuevos mundos y explorar nuevas mitologías, no recrearse en el onanismo del merecido éxito.