Buenos días:
Aprovecho que es domingo y que me puedo permitir el lujo de perder un poco de mi valioso tiempo en temas de naturaleza mayormente banal para dejaros unas reflexiones.
Hace menos de un lustro este Foro de Fondos era un interesante hervidero de foreros dispuestos a compartir opiniones sobre una amplia variedad de fondos y sobre todo tipo de inversiones. Había las inevitables fricciones pero, en general, el ambiente era fundamentalmente cooperativo.
Por lo demás, apenas se hablaba de política (todo el mundo entendía que no era el espacio…) y se consideraba implícitamente de mal gusto intentar restregarle a otros a la cara los supuestos éxitos inversores o de cualquier otro tipo que uno creyera tener. Y es que, por entonces, nadie había perdido el “oremus” y, por ello, todo el mundo tenía todavía claro que “medírsela” en Internet es estúpido ya que cada uno se puede inventar la historia que prefiera contar sobre sí mismo.
Pero es que, además y más importante, desde tiempos inmemoriales y en todo tipo de culturas, siempre se ha considerado de mal gusto monopolizar una conversación hablando de los supuestos méritos propios… Algo que a estas alturas resulta sonrojante tener que recordar ya que, por lo demás, es algo absolutamente OBVIO y conocido (al menos, para cualquiera cuya madurez de personalidad haya superado el umbral de la adolescencia)
Yo empecé a participar de forma realmente activa en este foro, hace unos años, en una etapa de transición marcada por un conflicto en el hilo de Cobas que se cerró con la creación de este Bar. En aquel momento, recién llegado, yo no acababa de entender cuál era exactamente ese conflicto y al percibir a dos grupos enfrentados sugerí que la cuestión se resolvía abriendo otro espacio que permitiera separar civilizadamente los intereses de ambos colectivos.
Aunque alguno ya estará pensando que me estoy atribuyendo implícitamente un mérito al recordar aquello, sin embargo, la conclusión que voy a sacar es justamente la contraria. Las consecuencias de la creación del Bar no fueron, desde el primer momento, las mejores y, desde luego, NO, al menos, las que yo deseaba.
Para empezar, una parte muy importante de los que intervenían en el hilo de Cobas interpretó que Rankia no les daba un respaldo a la altura de sus aportaciones y decidieron marcharse. Conste que ahora los entiendo y les pido disculpas por mi simpleza y falta de entendimiento cabal de la complejidad de lo que estaba ocurriendo. Así me respondía Jorgevf por entonces cuando le solicitaba que se quedara liderando el hilo de Cobas:
Aquí le respondía yo a él:
No obstante, el nuevo Bar inicio su andadura con cierto éxito al ser capaz de incorporar al restante grupo de foreros. Sin embargo, la cosa duró lo que duró. Mas bien poco. Y es que el tiempo ha demostrado que el mismo protagonista que encarnó el corazón del primer conflicto y propició la huida masiva de foreros que frecuentaban por aquel entonces el hilo de Cobas ha terminado produciendo, de otra forma más lenta pero igual de mortífera, el mismo efecto en este hilo (y por extensión en el resto del Foro de Fondos). El resultado final todos lo podemos comprobar a día de hoy.
Conste que no deposito la responsabilidad de lo ocurrido exclusivamente en el interfecto. Él no puede evitar ser como es ni puede evitar realizar sus peculiaridades interpretaciones de lo que ocurre (la personalidad no se elige y casi todos nos pasamos la vida siendo, en gran medida, prisioneros de nuestra propia constitución mental inconsciente sin enterarnos en realidad de la misa la media… muy especialmente en lo que respecta a cómo nos perciben los demás…).
Lo que pienso, en realidad (y es sólo una opinión), es que la responsabilidad última la tiene Rankia y no me refiero, tampoco, al aspecto moral del asunto, lectura que aunque importante estaría abierta a todo tipo de interpretaciones subjetivas. Me refiero exclusivamente al aspecto puramente práctico de la cuestión. Y es que a efectos prácticos el Foro de Fondos de Rankia se ha ido convirtiendo, de forma lenta pero imparable, en un creciente albañal decadente del que hace ya tiempo que ha huido todo el mundo que todavía tiene un mínimo sentido del gusto y de la educación (… algo que, por cierto, tiene también una lectura sociológica muy positiva que, por otro lado, me alegra comprobar)
En resumen, a estas alturas, mi malestar es, fundamentalmente, hacia Rankia por no haber sabido encontrar ninguna forma de encauzar con un mínimo de éxito la debacle que en este contexto lleva produciéndose ya varios años. Lo de mandar, por cierto, al soldado Fernando a “Salvar al Soldado Ryan” tampoco ha funcionado...
Termino. Mientras que en alguna intervención anterior mía sobre el tema el sentimiento que subyacía era la rabia, a estas alturas ese sentimiento es exclusivamente de tristeza y de absoluta desesperanza.
Supongo, de todos modos, que el ciego e implacable impulso de la guadaña borrará este mensaje (ya empiezo a estar acostumbrado). En fin, como si algo dejara de existir tan sólo por impedir que se diga… y no sirviera la censura, en realidad, para añadir una nueva dosis de abyección al asunto...
Saludos