El coeficiente de correlación de Pearson oscila entre el 1 y el -1. Para una buena diversificación de la cartera es necesario buscar una correlación negativa de los activos. Así, todo coeficiente que esté por debajo del cero será idóneo.
También estará suficientemente diversificada una cartera cuya correlación no supere el 0,5. Pero por encima de esa cifra, el grado de diversificación entre los activos será menor y quizás debas incluir algún fondo con un perfil diferente a los que tengas contratado.
El ejemplo más clásico de correlación negativa se da entre renta fija y renta variable. Normalmente cuando la bolsa sube, los bonos bajan y viceversa, un fenómeno que está también relacionado con otras variables como los tipos de interés. En este sentido, cuando los tipos son bajos, el rendimiento de los bonos es limitado y el dinero termina en la renta variable buscando un rendimiento adecuado.
Algo parecido sucede con el oro, que normalmente se ha considerado como activo refugio, y suele usarse para diversificar fondos con un alto porcentaje de renta variable.