La corrupción es algo a combatir y erradicar en una sociedad moderna y civilizada. El PSOE y el PP deben pagar en las urnas los excesos cometidos y conocidos, de forma contundente y clara.
Dicho esto, la solución no son los populismos e ideas quiméricas que proponen los amigos de Podemos.
Yo si que le tengo miedo a Podemos, tenemos mucho que perder, y no me refiero al patrimonio personal de cada uno, o a la posición social, o a impuestos que surjan que hagan la vida mejor o pero a cada cual conforme le afecte. Me refiero como país, me refiero a estar entre los cuatro países de referencia en Europa y los diez primeros a nivel mundial, o por el contrario entrar en la cola de Europa y perder todo lo que hemos avanzado como país y sociedad en los últimos veinte años.
Los inversores y el capital, que son los que controlan las economías y quien decide cuales son los que están en el primer y cuales en el tercer mundo, hay una cosa que no soportan, de forma tajante, los populismos y las incertidumbres. Afortunadamente Podemos no va a ser nada en el futuro político de este país, probablemente dentro de diez años, ni existan, pero pueden hacer mucho daño a esta vieja España, cainita y retorcida como una rama de olivo.
En el año 1789 Europa se revolucionó, digamos que el absolutismo y la religión dejaron de ser sus dueños y señores del mundo civilizado, este hecho desgraciadamente no sucedió en España, ello nos obligó a permanecer doscientos años en la sombra, en la tercera fila de Europa, condenados a nuestro destino campesino y feudal, con unas diferencias entre ricos y pobres sencillamente inasumibles.
No es momento ahora de mover revoluciones, esa época pasó hace doscientos años, son otras circunstancias históricas. En el siglo XIX España tenía escusa, era analfabeta en un porcentaje cercano al 75% de la población, ahora no tenemos escusa, somos dueños de nuestro propio destino, y sería muy triste que como nación, como cultura empecemos a hacer ahora experimentos que son antagónicos y totalmente trasnochados.
Afortunadamente, el pueblo español ha evolucionado, sabe que lo que hay no es lo mejor, hacen falta reformas profundas, hace falta que los corruptos paguen de forma tajante sus excesos, pero estas reformas deben ser abordadas desde la serenidad, desde la razón y desde la madurez de un pueblo que aunque tiene una democracia muy joven, ahora si, puede elegir su destino.
Por cierto, hoy se cumplen setenta años de la muerte de un populista, que dirigió los destinos de su país durante 11 años y que la llevó con sus extremismos a un callejón sin salida. El pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla.
Salud y cultura!