Para todo aquel que aún no ha entendido de que va el tema y necesita que se lo expliquen como a los niños, con un cuento.
(Dedicado a los altos directivos de los bancos, cajas, y a todo aquel que respalde sus actos)
Resulta que estamos tu (cliente) y yo (banco o caja) en la azotea de un edificio en llamas. Yo se el miedo que tienes a morir quemado, consumido por la llamas (no poder pagar la cuotas de la hipoteca). Y yo, que veo la escalera de incendios (bajada del Euribor) me pongo en una posición en la que no te la dejo ver, es más te digo que no hay salida, (te oculto toda información sobre una posible bajada del Euribor) dado que creo ciegamente que si bajamos juntos por la escalera, esta se romperá y moriremos juntos. Así que te ofrezco una pastilla que en caso de que las llamas lleguen a nuestro cuerpo, va hacer que no nos duela, posiblemente te queme, pero no te va a doler, quizás mueras pero tendrás más posibilidades de escapar de ellas dado que te permitirá bloquear tus miedos (podrás seguir pagando las cuotas). Tu aceptas pues no tienes nada que perder, todo son ventajas, así que te tomas la pastillita, (firmas el “Swap”), pero sorpresa de las sorpresas, es entonces cuando yo me aparto para bajar por la escalera de incendios (ves la bajada del Euribor). Tú no te puedes mover, la pastillita tiene un raro efecto secundario conocido solo mí, y que nunca te mencioné. Este efecto consiste en que te inmoviliza, así que mientras yo me beneficio de tu inmovilidad, yo puedo escapar de las llamas. Tú gritas y me reclamas ayuda así que te la ofrezco: un bidón de gasolina (préstamo personal) para que tu muerte sea más rápida.
Señores si yo (banco o caja) no te he engañado, ni me he aprovechado de ti. ¿Que he hecho? Yo (banco) soy listo y tú (cliente) una persona confiada, crédula e inocente.
Que cruel que soy (banco) mientras tú (cliente) gritas agónico por el fuego que te consume, vanagloriándome de mi inteligencia y del engaño en al que te he llevado.
Espero que os haya aclarado las dudas,
Firmado: AZTES, otro pringado más que se tomó la puñetera pastillita o “Swap”.