"Desde hace ya unos cuantos años me vengo preguntando por qué un porcentaje de la “clase obrera” vota opciones claramente de derechas. Todo y que, las leyes que le son más favorables al colectivo, como hemos podido verificar, han sido aprobadas en legislaturas de gobiernos de “izquierdas”. He errado en la búsqueda a esta pregunta, básicamente por el enfoque, me he guiado para hallar una respuesta convincente por la “razón”, pues resulta obvio que si algo te beneficia haces lo posible para no perderlo. Así al menos yo lo entendía.
Recientes estudios de neurociencia y ciencia cognitiva—aseguran—que la gente piensa en términos de marcos y metáforas; los marcos están presentes en las sinapsis del cerebro, presentes físicamente en la forma de circuitos neuronales; cuando los hechos no encajan en los marcos, los marcos se mantienen y los hechos se ignoran. La gente no vota para defender sus intereses, en realidad votan desde sus valores morales, desde aquellos que pertenecen al marco con el que se identifican, teniendo en cuenta su historia. Un votante elegirá su opción en función de su marco emocional. Si el candidato no es competente o descubre que miembros del partido son corruptos, se abstendrá o lo harán en blanco. Tal vez busque un candidato de otro partido afín a su ideología pero rara vez dará su voto a una ideología contraria.
La militancia de izquierdas en nuestro país es más sensible emocionalmente al engaño y corrupción que la derecha, por el contrario el lenguaje de los políticos de derechas conecta con los valores “morales” de su militancia mejor que el de la izquierda con los suyos.
El vocabulario de eufemismos del que hace gala la derecha permite no quebrar el marco emocional del ciudadano. Pues como decía Ramón del Valle Inclán “El pensamiento toma su forma en las palabras como el agua en la vasija”. Así tenemos que un tertuliano periodista de un diario de ideología de derechas, llame a una guerra “reequilibrio demográfico”. Los aviones bombarderos “hacen salidas” ¿A qué?. A las bombas se las atribuye “inteligencia”. Los óbitos por ellas “son efectos colaterales”.
El Ejecutivo llama a la amnistía fiscal “ley de regularización”. A la reforma laboral “flexibilización de las condiciones para evitar el despido”. A los recortes sanitarios “copago progresivo de los medicamentos”. A la subida del IRPF “recargo temporal de solidaridad”. A la subida del IVA “subida de impuestos indirectos en términos hacendísticos”. A la subida de los carburantes “impuesto medioambiental”. A la reducción de las prestaciones públicas en materia de sanidad “racionalización y modernización en la prestación de los servicios públicos esenciales”. Al incremento del 10% del precio de los medicamentos se le llama “racionalización de la demanda farmacéutica”. La práctica eliminación de la atención a la dependencia se convierte en una “reforma”. La reforma de las tasas judiciales (aumento), es para de evitar “una excesiva saturación del sistema judicial” y continuará.
Estemos atentos a la perversión del lenguaje para que, no sea el factor emocional sino la razón, la que ilumine nuestro sendero".
Copiado del blog:
La perversión del lenguaje
Saludos Antoine