Re: Preocupado por la independencia de cataluña
...un abrazo...
En la corte de un rey de Sicilia vivían dos soldados que pasaban por envidioso el uno y por avariento el otro.
Queriendo divertirse el príncipe, llamólos a su presencia y, después de haber elogiado sus servicios, manifestóles su intención de dar a cada uno el premio que deseasen, haciéndoles observar, no obstante, que el primer solicitante recibiría el objeto de su deseo, y el segundo, duplo del primero.
Silenciosos y meditabundos quedaron largo rato los dos soldados, no queriendo ninguno de ellos adelantar su solicitud El avariento decía para sí: "Si empiezo yo, me tocará la mitad menos que a mi compañero"; asimismo, el envidioso, discurría en sus adentros : "Jamás consentiré que a ese grandísimo avariento le toque más que a mí".
El príncipe gozaba al contemplar tal indecisión, y después de mucha espera resolvió terminar aquella escena. Dirigiéndose al envidioso le ordenó que se adelantara y manifestara su deseo. Vaciló éste un momento, diciendo entre sí : "¿Qué favor pediré, o de qué estratagema me valdré para que este avariento no se lleve más que yo?. Si pido un caballo, dos habrá para él; si una casa, dos conseguirá; si una renta, doble le tocará... "¿Qué cosa puedo pedir?... ¡Canastos!, ya lo sé; ahora caigo en la cuenta : pediré un castigo para que él reciba dos."
Y dirigiéndose en el acto al príncipe, díjole con tono decidido: "Suplico a Su Majestad mande se me arranque un ojo."
Cuando esto oyeron rey y cortesanos, soltaron una ruidosa carcajada; todos hicieron chacota del envidioso, echándole en cara su bárbaro atrevimiento, y él, con su insulsa petición, sólo logró poner de manifiesto la fiera pasión que le dominaba.
Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen