Para que el nacionalismo pueda seguir, es imprescindible salvar el prestigio del Gran Evasor.
Al contrario de lo que claman sus ideólogos, el nacionalismo catalán es muy reciente. Cuenta Josep Pla que a comienzos del s.XX “los catalanistas eran muy pocos. Cuatro gatos. En cada comarca había aproximadamente un catalanista: era generalmente un hombre distinguido que tenía fama de chalado” . En la agitada Europa del primer tercio de siglo, la ideología nacionalista fue ganando adeptos y en los años que precedieron a la Guerra Civil -y durante la misma guerra- demostró su disfuncionalidad y su incapacidad absoluta para mejorar el bienestar de los catalanes. El nacionalismo, desprestigiado y avergonzado, volvió a ser cosa de “cuatro gatos“.
Uno de estos “cuatro gatos” fue Jordi Pujol. Consiguió limpiar la cara del nacionalismo y hacer de dicha ideología algo aceptable para muchos catalanes y también para gentes del resto de España. Aunque siempre fue nacionalista radical, enfatizó la cara amable y pragmática de la ideología durante décadas: fer país, som 6 milions, le feina ben feta etc. Mientras tanto, con el control absoluto de la escuela y de los medios de comunicación, blindaba su imagen de “padre de la patria” y garantizaba el perfil ideológico de las nuevas generaciones. Él mismo confesó que su fin último era una Cataluña separada del resto de España. Josep Tarradellas, sabedor de la imposibilidad última de encauzar el nacionalismo y testigo directo de sus consecuencias desastrosas, advirtió contra la “dictadura blanca” pujolista y sus nefastas consecuencias, que hoy empezamos a padecer.
El caso es que la versión actual del nacionalismo catalán es hija de Jordi Pujol. Y si Pujol cae, su ideología cae con él. Si Pujol engañó a los catalanes desde el principio, si nunca fue lo que parecía, si durante décadas predicaba fer país mientras él feia caixa, si nos exhortaba a la superioridad ética al tiempo que vivía al margen de la ley… entonces el nacionalismo deja de ser una voluntad de mejorar el país y se convierte en un montaje para mejorar los bolsillos de un grupo de amiguetes, de una casta extractiva.
Por eso es imprescindible salvar a Pujol. Y por eso ya comienzan a escucharse voces que lo disculpan y lo justifican con los argumentos más peregrinos:
- “Todavía no se ha demostrado nada” Pues resulta que el hombre ha confesado defraudar al fisco durante 34 años. Quizás se lo ha inventado y sólo busca salir en los papeles.
-“Pujol delega les coses de casa, no sap ni administrar els diners“. Eso dice su biógrafo Manel Cuyàs. Se comprende que, tras dedicar su vida a escribir los tres tomos de Memòries de Pujol, el hombre se sienta estafado (“¿Por qué no me dijo lo de Andorra, por qué?”). O sea que Pujol no sabía lo que toda Barcelona sabía sobre las andanzas de sus hijos. Claro. Y tampoco le preocupan los dineros, por eso abría cuentas en Suiza desde el Palau de la Generalitat en presencia de De la Rosa y “recibía maletas llenas de billetes“. Y por eso la familia Pujol va a presentar una demanda contra dos bancos andorranos (BPA y Andbank) por vulneración del secreto bancario. Para no importarle el dinero, no está mal.
-“Això em passa perquè sóc més burro de lo que la gent es pensa” (Pujol). Les he gobernado durante 23 años y soy burro. No había intención. Simplemente no era consciente de que estaba defraudando a Hacienda. Soy burro. Oigan, prueben ustedes con esto cuando les toque pagar impuestos, a ver si cuela.
-“Es un acto del Estado para frenar el prucés”: Pues escuchen, es posible. Pero quien ha confesado su fraude ha sido Pujol. Y algunos bien informados como el Director de El Mundo dicen que no ha sido empujado a confesar por el CNI sino por Marta Ferrusola como venganza por sus infidelidades. En cualquier caso lo importante es que el comportamiento fraudulento existió.
Prepárense a escuchar de todo. Han sido muchos años y para miles de catalanes está resultando muy difícil aceptar la realidad y asumir que han sido engañados durante décadas. Si además las cosas se ven deformadas por la ideología en vez de aplicar el seny, la aceptación de los hechos es casi imposible.
La operación de desagravio a Pujol está en marcha. “Cosas veredes, amigo Sancho, que harán fablar a las piedras“…i avergonyir els catalans.
Dolça i avergonyida Catalunya.
http://dolcacatalunya.com/2014/08/12/empieza-la-operacio-salvem-pujol/