Re: Programa de Podemos.
Se llevó a la audiencia «al huerto» (valga la expresión) cuando decidió hacer la compra en un súper con una reportera de televisión arrostrando dificultades en su silla de ruedas y dejando frases memorables como que «Pablo Iglesias le había confesado que la política era como "follar"» (valga también este entrecomillado literal), aludiendo la analogía a que «al principio lo haces poquito y no muy bien, luego vas aprendiendo y al final te va bien». Con frases como ésa, y después de la lucha interna advertida ya en los albores de los comicios europeos del 25 de mayo, la primera cita electoral a la que se presentaba la formación de nuevo cuño, Podemos, no se sabía muy bien si Pablo Echenique-Robba (Rosario, 1978) era «de unos» o «de los contrarios». Más bien se intuía que ese físico de tan amplios conocimientos, argentino de cuna, pero zaragozano de adopción desde su llegada a los 13 años a la capital maña, era una piedra en el zapato del hoy secretario general de Podemos. Y así se ha revelado.
Echenique es guasón de carácter y se ríe de su propia condición, motorizada a lo Stephen Hawking. Ese sentido del humor no es más que otra prueba de su privilegiada inteligencia, porque nadie en su rama teórica duda de que es una eminencia en su materia. En lo personal, está casado con su colega Mariale (fusión de María Alejandra Nelo), egresó de la Universidad «cum laude» y se doctoró como una autoridad de la Ciencia nacional, así que pese al camino alambicado para hacerse con un puesto como científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Sociológicas (CSIC), él lo logró. También ejerce como docente de Física en la Universidad de Zaragoza. Todo parecía decidido a hacer de él un Pablo prolijo en aquel proyecto en el que se embarcase. Pero decidió hacerlo en política, y contra otro profesor de la Complutense que dominaba el escenario y convencía a hordas de desencantados a prueba de plató de televisión, «alcachofazo» y declaraciones soterradas desde su propia productora. Pablo contra Pablo. Podemos contra Podemos. El cerebro científico contra el pragmático. Populismo con acervo intelectual, en cualquier caso.
La figura más incómoda
A pesar de militar bajo las mismas siglas, Echenique ha sido la figura más incómoda para el de Vallecas desde que se materializase la candidatura de Podemos a la Eurocámara y el ínclito físico entrase en la formación violeta facultando el Círculo Discapacidad.
Sus prioridades estaban consagradas en la formación: la discapacidad y la ciencia. Sufre atrofia muscular espinal desde que era apenas un bebé y ha confesado en varias ocasiones que su familia emigró a España en busca de oportunidades, así que es a lo que se quiere volcar desde su función pública. Echenique salió elegido eurodiputado. Fue, en concreto, el cuarto postulante escogido por el arbitrio de los sufragios, aunque por distribución «paritaria» de los escaños de su partido para Bruselas ocupó el quinto lugar de la tabla.
Venido de la Tierra del Che Guevara y de Fito Páez, confiesa que odia volar, le gustan las fiestas como a todos los jóvenes y se caracteriza por utilizar la palabra «retrón» junto a su compañero de blog para aludir a los discapacitados. No es tampoco neófito en el arte de la escritura, hasta el punto de que fue galardonado con el premio Tiflos en el apartado de Periodismo Digital otorgado por la ONCE el año pasado. Según recoge el acta del jurado, Echenique tiene la capacidad de «agitar el debate y generar discusión», virtudes ellas de las que su compañero de filas, Pablo Iglesias, puede dar buena cuenta. De hecho, el secretario general de Podemos alude al desencuentro mutuo y enconado como el de la «belleza del debate», cuando a las claras lo que se muestra es un desentendimiento total. La prueba es que recientemente Iglesias se ha destapado apostando por hacer campaña en Aragón con el nombre de su marca y con la candidata Violeta Barba como su opción para la región maña en contra del científico. Por si alguien dudaba de cómo encara él los envites internos, remarcó en su visita a Zaragoza: «Es un honor mantener un duelo con alguien como Echenique».
Hubo que achicar agua en otoño
El distanciamiento no es nuevo. Ya se fraguó cierta disensión antes de las europeas, si bien se hizo patente el pasado otoño cuando el buque de Podemos casi se agrieta entre las vías abiertas por la senda oficial y la díscola. Echenique promueve desde el inicio la discusión dentro de las filas de su partido. En esa tesitura, Pablo Iglesias tuvo que achicar agua ante las diferentes y desafiantes propuestas (sobre todo, relativas a la organización del partido) que se bosquejaban para el Consejo Ciudadano que se celebró en el Palacio de Vistalegre de Madrid. Este cónclave se debía cerrar con la elección de la cúpula directiva: Pablo Iglesias salió reafirmado, Pablo Echenique quedó aparcado es el resumen simple del pulso que allí se mantuvo. La competición y guerra abierta ya se hace sangrante este pasado mes de enero, cuando el investigador reconoce mediáticamente que aspira a hacerse con la Secretaría regional de Podemos bajo la marca «Es la hora de Aragón» y concurrir como cabeza de lista a las Cortes de la autonomía.
Echenique aspira a la Secretaría de Podemos en Aragón contra Violeta Barba
Como citábamos, Iglesias podría haber optado por permanecer al margen, pero decidió intervenir y hacerlo con una candidata propia: la comunista Barba, en contraposición directa a la lista del físico, cuyo cargo y docencia hace recordar al «clan de los químicos» (Alfredo Pérez Rubalcaba-Jaime Lissavetzky) que durante un tiempo se repartió poder en el PSOE. La «mediación» del profesor de Ciencias Políticas a favor de los suyos roza la enemistad política pura y dura. Su método pasa, entre otras cosas, por no dejar de colgar mensajes en las redes sociales para aclarar públicamente que solo apoya a Barba. U opta por una promoción más directa, como en el acto que protagonizó el pasado 5 de febrero en Zaragoza. El secretario general quiere que Barba se imponga a Echenique en la elección interna para la delegación regional de Podemos, pero mientras tanto, insiste en otro «rejonazo» subyugado, que el pulso no lo ha desencadenado él, que intentó llegar a un acuerdo previo con Echenique para que no se produjese este enfrentamiento airado entre candidaturas.
Muchas más listas en rebeldía
La mosca en la oreja de Pablo Iglesias
EFE
Pablo Echenique, candidato a la Secretaría maña de Podemos por «Es la hora de Aragón»
Con intento de tender puentes o sin ellos, el cisma es evidente, pero Echenique no es el icono aislado de la rebeldía en las filas de Podemos, sino más bien el símbolo de unas refriegas territoriales en el partido morado que no han hecho más que comenzar.
Como el propio eurodiputado, la pasada semana una decena de listas emplazó a Iglesias a que guarde «neutralidad» en el nacimiento de Podemos en siete comunidades. Se escenifica con ellas la sublevación interna a la hora de extrapolar el proceso constituyente del partido al marco nacional, para el que Iglesias quiere una «única marca» como cabecera autonómica y en el que no tiene problemas en avalar a sus propias candidaturas. Según los promotores de esa decena de listas «rebeldes», la injerencia del secretario general va «en contra del espíritu del movimiento» de Podemos y podría dañar su imagen ante los ciudadanos.
La iniciativa díscola nació de candidaturas para dirigir el partido en Cantabria («Sí Se Puede Cantabria»), Castilla y León («Despierta Castilla y León» y «Podemos Castilla León Plural»), La Rioja («Todos juntos Podemos La Rioja») y Aragón («Recuperemos Aragón»). En pocos días también se sumaron «Podemos Unidos Catalunya», «Podemos Catalunya Plural», «Ahora Podemos» de Murcia y «Entre tots podem» de la Comunidad Valenciana. Todas ellas están en contra del respaldo de Iglesias a las listas «oficialistas» surgidas bajo la denominación «Claro que Podemos», la misma que utilizó la candidatura encabezada por Iglesias en el proceso constituyente estatal.
En Podemos ya se discierne entre las candidaturas «oficialistas» y las díscolas
Los impulsores de esta iniciativa sostienen que sólo el 22% de las candidaturas surgidas en las comunidades tiene el aval de la dirección nacional, es decir, 375 candidatos de un total de 1.700 que conforman las distintas listas. «Así que o todos somos oficialistas o no lo somos nadie. Porque no existe un Podemos de primera categoría y otro de segunda», plantean para exigir a los líderes nacionales del partido una «rectificación urgente» para que la campaña no se vea «distorsionada», informa Ep del comunicado de estas listas.
Hablan de conflicto, de bola de nieve que puede ir creciendo hasta las citas electorales y consideran, además, que el apoyo de la cúpula a ciertas opciones podría contravenir los estatutos del partido y el reglamento de los procesos constituyentes autonómicos, cuyo artículo 5 indica que la organización en conjunto y los círculos deben ser neutrales tanto en sus actividades como en sus cuentas en redes sociales.
Herrera, Echenique y Barba: tres para Aragón
La mosca en la oreja de Pablo Iglesias
EFE
Pablo Iglesias lidera una formación no exenta de grietas internas
En el Aragón de Echenique y como si fuese uno más de sus trabajos científicos ya se habla de «muchos ADN diferentes dentro de Podemos», y según palabras literales del candidato de «Recuperemos Aragón», Chema Herrera, la tercera lista en liza, «se nos quiere imponer un transgénico con un único ADN». Mientras, en las filas de «Es la hora de Aragón», Raúl Gay indica que «el equipo de Echenique sabe cómo ganar y está preparado para gobernar». «La próxima semana y a la hora de votar, los aragoneses en las asambleas tienen que preguntarse si quieren el cambio en Aragón o quieren otra cosa», dice Gay de la votación dentro de Podemos como si hablase de la rivalidad con PP o PSOE. Remata con un tajante «si los afiliados y simpatizantes quieren el cambio en la Comunidad Autónoma la única opción es Echenique».
Iglesias responde que asume perfectamente los «riesgos de defender» su posición públicamente en Aragón, aunque ha confesado que algunos compañeros en el Europarlamento le aconsejaron que no se inmiscuyera en esto. «Claro que Podemos» congrega «un estilo» de hacer política, el que en su opinión «necesitan para ganar las elecciones generales», aduce. De momento, ese estilo consiste en desplazar de forma educada a disconformes como Pablo Echenique.