Re: Catalunya-España 2015 (cosas que pasan)
y.......???????
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¿A ésta también también la tenéis comprada?
Hay que joderse!, viva la libertad de expresión...!
A los separatistas lo que Mas les duele es la cartera, es la única vía.
José Manuel Soto, en una televisión catalana: «Qué pesados estáis con la independencia»
Acusa a Colau de ser una «comunista de nuevo cuño» con la voluntas de «prohibir cosas», y se pregunta si 400 alcaldes a las dos de la tarde en Barcelona no tendrían «algo que hacer en sus pueblos»
El programa «Trencadis» de 8TV -televisión de ámbito regional participada por Mediaset- dirigido por Sandra Barneda, sigue ofreciendo titulares y situaciones polémicas. El paso de Belén Esteban por el espacio para hablar de la independencia de Cataluñaya tiene sucesor: José Manuel Soto. El cantante andaluz se despachó a gusto en torno a la cuestión independentista. En su opinión, los catalanes están «siempre con la cosa de la protesta en la calle y la independencia», lo que, a su juicio resulta «un poco pesado ya».
«Desde Sevilla se ve como una pesadez», aseguró el cantante, que dejó a un lado la temática prevista originalmentre: su carrera, para hablar mucho y claro de la visión del independentismo desde la otra punta de España. Para ello sirvió el tuit que el artista utilizó para anunciar su presencia en el espacio. «Voy a Barcelona ahora que las cosas están tan tranquilas», escribió.
«Cataluña no es solamente política y últimamente sólo se habla de la política en un tono negativo que está haciendo daño en general», dijo el sevillano, que cree «muy comprensible que si hay una ruptura haya gente que compre productos no hechos en Cataluña». Para Soto, el independentismo «es un movimiento que nace con la crisis y los políticos, que son muy habilidosos, aprovechan que la gente está muy enfadada para tapar otras cosas».
Cantaores catalanes
En su opinión, un referéndum no aclararía nada porque si la mitad de la población opina uina cosa, y la otra mitad la otra, no habría una solución justa a ese resultado. «La cercanía que hemos tenido siempre con Cataluña es incontestable», reclamó Soto. «Es nuestra cultura. Eso es España, unos que vienen para acá y otros que van para allá... y querer romper con eso me parece un error». Como ejemplo, Soto recordó que «los dos mejores cantaores de flamenco que hay en el mundo son catalanes» o que «el cantautor que más ha marcado mi vida es Joan Manel Serrat».
Metido en harina, Soto tuvo duras palabras para la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a quien reprochó la ocurrencia de prohibir el cartel taurino de Morante de la Puebla en Barcelona. «Estas comunistas de nuevo cuño prohiben cosas. Había un cartel de Morante de la Puebla haciendo homenaje a Dalí, el pintor más catalán más universal que además era taurino, y Morante hizo unos carteles artísticos que quisieron poner en Barcelona y se lo prohibieron», recordó. «Ada Colau es comunista. A todos los dictadores y regímenes totalitarios lo que más les ha gustado es prohibir y los comunistas han hecho mucho daño», añadió.
Por último se refirió a los 400 alcaldes que acompañaron a Artur Mas a su declaración judicial ante el TSJC. «Yo no sé que hacen 400 alcaldes a las dos de la tarde en Barcelona, tendrían algo que hacer en su pueblo», se preguntó.
José Antonio Primo de Rivera fue rotundo en su protesta contra los exabruptos de rancio provincianismo mesetario oídos, el 4 de enero de 1934, en el debate sobre los problemas de Cataluña que tenía lugar en las Cortes: «Cuando nosotros empleamos el nombre de España, hay algo dentro de nosotros que se mueve muy por encima del deseo de agraviar a una tierra tan noble». Sus reproches iban destinados a quienes, dentro y fuera del parlamento, confundían la defensa de España con el desprecio, por pequeño que fuera el ultraje, a lo que era entonces Cataluña y a lo que había significado en la formación de una nación que debía concebirse no sólo como marco sentimental o constitucional, sino, además, como voluntad de realizar una gran misión civilizatoria. «Si alguien hubiese gritado muera Cataluña, no sólo hubiera cometido una tremenda incorrección, sino que hubiera cometido un crimen contra España, y no sería digno de sentarse entre españoles».
Unos meses después, haciendo frente al juicio histórico de la Dictadura, se dirigió a los representantes del pueblo para recordarles la necesidad de un cambio profundo que regenerara nuestra nación. España estaba «oprimida entre dos losas que todavía no ha conseguido romper: por arriba, la falta de toda ambición histórica; por abajo, la falta de una profunda justicia social». El discurso fue condenado, en especial, por la derecha más torpe y reaccionaria, que en voz de José Pemartín y en las páginas de Acción Española, indicó al fundador de Falange que dejara de coincidir con los demagogos y olvidara su debilidad por los intelectuales. Porque los problemas de Alemania o de Italia los habían resuelto un pintor de brocha gorda como Hitler o un albañil como Mussolini, y en España habría de seguirse un camino parecido. Si los agravios lanzados contra Cataluña debieron preocupar a quien tenía de España una idea verdaderamente unitaria, las majaderías propinadas al pensamiento habían necesariamente de conmover a quien tanto afán sentía por hacer de España un ámbito cultural cuyos valores fundamentaran la calidad de nuestra convivencia.
Sobre dos cuestiones gravísimas como el antagonismo de clases y el conflicto regional, José Antonio habló de un modo que quizás sorprenda aún a quienes, en ambos asuntos, flaco favor siguen haciendo a su memoria. Y a quienes brindan un apoyo más escaso, incluso, a la empresa nacional en que consiste España todavía. La sordera de quienes le consideraban uno de los suyos, y la indiferencia de quienes nunca llegaron a creerle, ocasionaron el aislamiento político y el silencio de un mensaje que fue contaminándose por las urgencias coyunturales. Y que, reflejando lo que sucedió en casi todos los espacios de compromiso político, condujo a una radicalización intolerante, en la que la causa de España fue perdiendo a quienes mejor deseaban servirla.
Preso desde la primavera de 1936, el jefe nacional de Falange organizó a sus hombres para lo que le parecía ya inevitable. Había que asaltar aquella República cuyas intenciones originales consideraba corrompidas. Creyó necesario llegar a esa violencia que había anunciado como recurso último cuando la integridad de España o el sustento de su civilización se hallaran en peligro. La preparación del movimiento de julio de 1936 atestigua su preocupación por lo que pudiera ocurrir con Falange como gran proyecto nacional, pero también su decisión de no dejar escapar una ocasión aunque le exigiera cualquier sacrificio personal y del partido. También el sacrificio postrero, la entrega de su vida. La sentencia del Tribunal Popular de Alicante, atroz y previsible, le dio tiempo a poner su conciencia en orden, hablando consigo mismo, con sus amigos y camaradas, con España y con Dios en vísperas de su ejecución. Dudo de que un español bien nacido pueda evitar conmoverse al leer su testamento. Como otras palabras que se escribieron en trances parecidos, nos indican la calidad humana que llegó a inmolarse en nombre de la patria, a uno y otro lado de aquella línea de sangre que empapó el paisaje de España durante tres años.
Un generoso propósito
Habló de la doctrina de Falange ante sus jueces, de los motivos que le habían llevado a constituir aquel movimiento juvenil. Lamentó que la mayoría no hubiera llegado a entender aquel propósito generoso. Porque, de haber sido así, de haberse comprendido lo que Falange significaba, ni él estaría ante un Tribunal, «ni otros matándose por los campos de España». Defendió la insurrección a la que Falange se había sumado, negando que pudiera calificarse de un golpe mercenario. Pero esperó, con reticencias que habrían sido mayores de tener más información, que sus camaradas y «su ardorosa ingenuidad no sea nunca aprovechada en otro servicio que el de la gran España que sueña la Falange». Suplicó que fuera la suya «la última sangre española que se vertiera en discordias civiles».
Pidió a Dios que acogiera su muerte «en lo que tenga de sacrificio para compensar en parte lo que ha habido de egoísta y vano en mucho de mi vida». Rogó que la sangre ya vertida «me perdone la parte que he tenido en provocarla, y que los camaradas que me precedieron en el sacrificio me acojan como el último de ellos». Y confió en la paz merecida por el pueblo español, que al día siguiente seguiría enfrentándose en aquella contienda enloquecida. Luego esperó en soledad antes de decir a quienes iban a morir con él, ante el pelotón de ejecución: «Valor, muchachos, que esto es solo un momento». Demasiados momentos como aquel en la España trágica, en la España ciega a sus valores, en la España de la intolerancia y de la inclinación al exterminio de hombres y de ideas. Demasiados momentos que segaron la vida de hombres y mujeres que merecieron, entre todos, una gran nación. Y, de uno en uno, la piadosa, la radiante, la perfecta eternidad.
Fernando Garcia de Cortazar
"No encontrarán nada porque no hay nada ilegal en estas adjudicaciones". Contundente, el president de la Generalitat, Artur Mas, ha denunciado "una sobreactuación y exageracion" en la operación de la Guardia Civil en la que se ha detenido al tesorero de CDC Andreu Viloca, una actuación que "no es ajena al momento político que vivimos", ha señalado, en relación con las negociaciones que lleva a cabo Junts pel Sí con la CUP para la investidura del nuevo president y la formación del nuevo Govern. En este sentido, el president ha aseverado que tanto él como el partido son "piezas de caza mayor" por parte de los poderes del Estado como consecuencia del proceso soberanista.
En una rueda de prensa convocada inicialmente para comentar la firma del decreto de constitución del Parlament, Mas ha querido entre las investigaciones llevadas a cabo por la Fiscalía Anticorrupción que implican a CDC y las que afectan a la Generalitat y en ambos casos ha puesto la mano en el fuego por que no ha habido irregularidades. Mas ha defendido a capa y espada sobre todo la actuación de la empresa GISA, dirigida por Josep Antoni Rosell, y los expedientes de adjudicación de la Generalitat a través de la empresa pública: "Pueden mirarlo todo, registrarlo todo y llévarselo todo", pero estoy convencido de que todos los expedientes de adjudicación de esta empresa son impecables y los más exigentes de toda España".
Mas ha alegado que la empresa tiene un sistema "supergarantista y supertransparente" y se ha mostrado dispuesto a comparecer ante el Parlament esta misma semana para dar explicaciones si así lo considera la Cámara. Sería entonces la segunda vez que el jefe del Ejecutivo catalán debe comparecer por el denominado caso 3%.
Por otro lado, el presidente de CDC también ha querido expresar su plena confianza en los administradores de su partido, aunque no ha citado en ningún momento al tesorero de la formación, Andreu Viloca. "Mantengo la confianza en los administradores de CDC", ha asegurado, pero "si se demuestra que no eran dignos, tomaremos decisiones, aunque seguro que no hará falta". De hecho, "en diez años no he tenido que tomar ninguna decisión porque en diez años no se ha encontrado ninguna evidencia de irregularidad grave", ha comentado.
En todo caso, ha admitido que él lleva cinco años, desde que asumió la presidencia del Govern por primera vez, sin asumir plenamente las responsabilidades de la formación, pero ha compartido las quejas vertidas por sus correligionarios que ven en la operación policial un "ensañamiento policial" con la formación. Mas ha reprochado que la Fiscalia y la Guardia Civil sobreactúan y que algunos medios de comunicación volvieron a ser avisados con anterioridad de que iba a haber una nueva operación policial, como ya denunciaron en el anterior registro de la sede del partido, en agosto pasado.
"Estoy súper tranquilo" porque la Generalitat es de las administraciones más exigentes en cuanto a adjudicaciones", ha querido zanjar.
Preguntado sobre la posibilidad de que finalmente haya éxito habida cuenta de las actuaciones policiales sobre la sede de CDC de este miércoles relacionadas con el llamado caso 3% y que han producido la detención del tesorero de la formación, Andreu Viloca, Mas ha querido poner una frontera entre ambos asuntos. "El proceso tiene que abstraerse de todo" lo que está pasando con CDC porque "el Estado seguirá actuando", por tanto "si lo que está pasando en Catalunya depende de las actuaciones del Estado, vamos mal", ha advertido.
Asume que puede haber otras elecciones si no hay acuerdo con la CUP
Para el dirigente, la convocatoria de unas nuevas elecciones "no es el escenario previsto, ni querido, ni deseado", ha asegurado Mas, pero el escenario no es descartable habida cuenta de la dificultad de que las negociaciones con la CUP vayan a buen puerto. En este sentido, el president ha señalado que para que el acuerdo se acabe produciendo "es necesario tiempo" ya que hasta ahora "no hay luz verde" y todavía se requerirán incluso "unas semanas más", para que acaben bien.
Pese a las demoras en la constitución del Parlament y del nuevo Govern, Mas ha dispensado su "plena garantía" de que si los plazos se fueran agotando y pasaran unas cuantas semanas más, "la gobernabilidad está garantizada". En este sentido, ha asegurado que "el Govern sigue funcionando aunque no tenga las mismas atribuciones" y ha puesto como ejemplos "temas industriales" como SEAT.
Difícil acuerdo
El jefe del Ejecutivo catalán ha asegurado que el acuerdo es tan difícil de lograr para miembros de la CUP como para miembros de Junts pel Sí, de manera que ha querido normalizar las voces críticas en su formación que ven líneas rojas que deberían franquear por el bien de un acuerdo.
En este sentido, Mas ha indicado se las posiciones de ambas formaciones son "en algún sentido, muy diferenciadas" y, que la CUP "seguro que habría deseado un escenario completamente diferente" al actual, pero la situación es la que es y "tenemos que actuar con arreglo al escenario actual". "Como estamos acostumbrados a gestionar la complicidad, ya no vendrá de una", ha lanzado con espíritu positivo.
Pero el optimismo tiene un límite y es el del no acuerdo. Así, "cualquier no acuerdo nos lleva a una situación de país muy complicada y tenemos que intentar evitarla y todos estamos en ello", ha insistido. Ahora bien, las negociaciones tienen "sus plazos, sus secuencias, sus altos y bajos, y hay que asumir la realidad", ha comentado.
Un millón y medio de votos partidarios de que Mas sea el president
A Mas también le han preguntado sobre la posibilidad de que él no sea el president, tal y como pretenden los 'cupaires', un fleco que se ha convertido en gran obstáculo para el acuerdo. En este punto, Mas ha reivindicado su legitimidad para ostentar el cargo en la próxima legislatura avalado por el acuerdo con ERC y los resultados de JxS el pasado 27S.
"Con toda la modestia, me la he jugado siempre y ya sé que hay mucha gente empeñada en que me vaya", pero "ahora no es un tema sobre Artur Mas" sino de "legitimidad democrática, que es exactamente lo que dice la CUP para defender lo contrario". De esta forma, para el jefe del Govern en funciones es tan legítima una postura (la que apoya que Mas sea el president), como la otra (la que lo rechaza), pero la diferencia, ha querido recordar, es que al lado de una hay 370.000 votos (los de la CUP) y en otro un millón y medio.
Mas ha querido simplificar la cuestión del pacto con la CUP al señalar que no se trata de un acuerdo de legislatura sino simplemente de facilitar la investidura para que el resultado electoral del 27S tenga su reflejo en el Parlament y en el nuevo Govern. De hecho ha admitido que "la CUP no dará una mayoría estable de todo y para todo a lo largo de la legisltaura", pero puede facilitar que él sea el president para poder "aplicar" la mayoría soberanista.
El Parlament se constituirá el 26 de octubre
El president ha comparecido en rueda de prensa tras firmar el decreto de constitución del Parlament de Catalunya, En un acto muy escueto, Artur Mas ha firmado el decreto que insta a constituir la Cámara catalana el próximo lunes 26 de octubre, cuando se producirá la elección de sus miembros y cargos más representativos de la Cámara y dará comienzo en definitiva la XI legislatura, aunque aún no haya Govern. El hecho de que se haya agotado totalmente los plazos para la constitución del Parlament está directamente relacionado con las negociaciones de Junts pel Sí con la CUP, que aún no están resueltas y para las que el president pide tiempo. Ahora bien, todos los plazos se agotan el 9 de enero, cuando se convocarán automáticamente nuevas elecciones si no se ha investido al nuevo president de la Generalitat.
A partir del próximo lunes se abrirá un plazo de 10 días hábiles para convocar el primer pleno de investidura del president de la Generalitat, por lo que nos iríamos al 9 de noviembre. Ese día llegará la primera votación, que tendría que salir adelante con mayoría abosluta, y luego, en caso de no prosperar, se abriría un plazo de dos meses para investir a un president por mayoría simple, es decir, con más votos síes que noes"
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Ni cortos ni perezosos, los agentes municipales de la población gerundense de Olot, gobernaba por Convergencia, les estamparon la multa en el parabrisas a los vehículos de la Guardia Civil por aparar en "zona prohibida". El Instituto Armado, en calidad de policía judicial y en el marco de la operación Petrum, del caso 3%, ha acudido al consistorio de Olot para reclamar la documentación relativa a la concesión del servicio de recogida de basuras de 2011, entre otras diligencias.
Según informa el diario separatista Ara (Ahora), fuentes municipales han confirmado las multas a la Guardia Civil porque sus "números", alegan, han dejado mal aparcados los vehículos. Un periodista llamado Guido Cengiarotti ha realizado fotografías del momento en el que uno de los agentes locales rellenaba la chequera de multas.
Se la circunstancia de que el jefe de la policía local de Olot, Ignasi López Clevillé, es diácono permanente, cargo del que tomó posesión en la sede de la curia diocesana y en presencia del obispo de Gerona, Francesc Pardo, en 2012.