El presidente catalán, Carles Puigdemont, se ha comprometido este miércoles con el grupo parlamentario de la CUP a auditar la deuda de la Generalitat para poderla renegociar posteriormente con las entidades bancarias. La formación anticapitalista ha hecho este anuncio después de la entrevista mantenida con Puigdemont, que ha durado hora y media y en la que han participado la presidenta del grupo parlamentario y la portavoz, Mireia Boya y Anna Gabriel, respectivamente.
La CUP asegura que "valora positivamente la predisposición" de Puigdemont con la deuda pública y ha insistido en la necesidad de impagar algunas partidas que no sean prioritarias. La portavoz de la Generalitat, Neus Munté, sin embargo, ha descafeinado después el compromiso de Puigdemont y ha evitado pronunciar la palabra auditoría. "Se están analizando conceptos y la magnitud de la deuda para poderla renegociar después", ha dicho Munté, quien ha explicado que en ese marco se celebrarán reuniones con la CUP. Pese a ello, ha puntualizado que "un país serio ha de pagar la deuda".
En la reunión se ha planteado también el plan de choque social que Junts pel Sï y la CUP pactaron en un primer momento, cuando negociaban la investidura de Artur Mas y que después pareció caer en el olvido en el pacto para hacer presidente a Puigdemont. Las diputadas de la CUP han explicado que el tema ha salido en la reunión y que aquel plan, cifrado en 270 millones de euros, se incorporará a las partidas de los Presupuestos de la Generalitat para este año.
La formación anticapitalista ha insistido en que el tono de la entrevista ha sido cordial, pero ha reiterado que mantienen enormes discrepancias ideológicas con Junts pel Sí y que su pacto parlamentario solo se explica por la "anomalía democrática" que supone que el Gobierno impidiera celebrar un referéndum sobre la independencia.
Las diferencias ideológicas entre ambas formaciones han sido constatadas también por Munté y como ejemplo de ello, ha dicho, está la elaboración de los Presupuestos. "El Gobierno quiere que tenga un enorme carácter social, pese a las limitaciones económicas de la Generalitat". La CUP ha insistido en que esperará a ver el borrador que les presente el Gobierno de Puigdemont, aunque Anna Gabriel ha asegurado en dos ocasiones que "no nos temblarán las piernas" si, llegado el caso, han de romper la mayoría parlamentaria con Junts pel Sí.
Otro tema que se ha abordado en la reunión es el proyecto de Barcelona World, en el que la CUP y Junts pel Sí también mantienen diferencias. Los anticapitalistas valoran positivamente el anuncio hecho ayer por Carles Puigdemont de celebrar una consulta para que los ciudadanos de Tarragona se pronuncien sobre el proyecto, pero han insistido en que rechazan ese modelo turístico y de planificación urbanística. "El proyecto de ahora no es el nuestro", ha dicho Mireia Boya, si bien la CUP no se pronunciará de forma oficial hasta consultar a sus bases en asambleas. Por contra, Neus Munté ha constatado las "discrepancias" que separan al Gobierno y a la CUP en BCN World, pero ha insistido en que "no queremos proyectos basados en el juego y la especulación", pese a que puedan crear un gran volumen de empleo.