El tío de Xavier Trias ,desahuciado del Ayuntamiento de Barcelona por la okupa Ada Colau, derribaba y quemaba barracas en Barcelona.Carlos Trias Bertrán, desde el cargo de consejero delegado del Instituto Municipal de la Vivienda, en 1949 creó el Servicio de Control y Represión del Barraquismo. Trias Bertrán ordenaba la destrucción de asentamientos de chabolas.
Los Trias son una de las familias que encarnan mejor la recurrente definición de casta que ha emergido en los últimos años desde la izquierda alternativa y los movimientos sociales. Históricas estirpes del poder económico y político que han ostentado -en dictadura y en democracia- a lo largo del último siglo el control social en Catalunya. Carlos Trias Bertrán, tío del hasta ahora alcalde de Barcelona Xavier Trias, ocupó las sillas de presidencia del Consell de Cent barcelonés y los despachos de alcaldía medio siglo antes de que lo hiciera su sobrino, desde 1939 y hasta 1957.
Mediante un decreto de alcaldía del mes de marzo de 1949, y como consejero delegado del Instituto Municipal de la Vivienda, Trias Bertran -uno de los hombres más fieles del terrosita Francisco Franco- ordenó la creación del Servicio de Control y Represión del Barraquismo . Pelotones de falangistas equipados con barras de hierro, picos y palas eran el terror de las personas residentes en los campamentos de chabolas situados en la montaña de Montjuïc. En el libro Barraquismo, la ciudad (im) posible, de la colección Temas de Etnología de Catalunya, de donde extraigo la informacion, para que luego no me digan que no cito, varios testigos narran en primera persona como el ayuntamiento centró sus primeras actuaciones en el control de las barracas, pero luego optó por la represión. En el año 1949 se llevó a cabo la colocación de placas numéricas cada choza "para frenar su proliferación". La consecuencia directa es que aquellas barracas sin placa eran inmediatamente derribadas.
Pelotones de falangistas equipados con barras de hierro, picos y palas eran el terror de las personas residentes en los campamentos
El censo estadístico tenía el objetivo de controlar quién vivía en las barracas y hacer las pertinentes purgas entre aquellos que habían mostrado simpatías con el bando republicano o con el anarquismo -o sus familias. En algunas ocasiones se permitía, por compasión o por soborno, la construcción de nuevas barracas. La picaresca estaba a la orden del día y se levantaban barracas durante la noche para evitar ser detectadas, así como se disimulaba las nuevas estructuras haciendo ver que eran ampliaciones de barracas ya existentes. "Después de rebozarla y encalarla, tuvimos que ensuciar las paredes para hacer ver que era antigua", explica Carlos García, uno de los chabolistas entrevistados en el libro.
Cuando Carlos Trias Bertrán lo ordenaba a los operarios, conocidos como picos, se desplazaban hasta un asentamiento, desalojaban las personas residentes, a golpe de mazo destrozaban paredes y techo, y luego quemaban los restos del campamento. Esta fue una de las dedicaciones del tío de Xavier Trias, pero hay episodios aún más polémicos dentro de su oscura trayectoria.
Trias Bertrán fundó la sección de la Falange Española en la ciudad de Barcelona, con un millar de afiliados y un local en la calle de Rosic, que fue inaugurado el 3 de mayo de 1935 por Jose Antonio Primo de Rivera.
En el reportaje de TV3 "Sumarísimo 477", elaborado por la historiadora y guionista Dolores Genovés, incorporaban textos literales de la declaración de Trias Bertrán en el juicio por el Consejo de Guerra contra Manuel Carrasco y Formiguera (uno de los primeros dirigentes de Unión Democrática de Cataluña). El falangista barcelonés se desplazó voluntariamente hasta Burgos para declarar ante el tribunal militar. Su testimonio fue clave para la posterior condena a muerte y el consiguiente fusilamiento del político catalán. Los ocho hijos de Carlos Trias Bertrán presentaron una demanda contra TV3 por la emisión del reportaje, pero en sentencia firme del Tribunal Constitucional de abril de 2004 se afirma que los hechos que relataba el reportaje sobre el consejo de guerra y la condena a muerte de Carrasco y Formiguera "son totalmente ciertos y se ajustan a la realidad" y, por tanto, "no se ha vulnerado el derecho al honor" de los hijos de Trias Beltrán.