ERREJÓN: NO SOY UN NIÑO
por Monsieur de Sans-Foy
"Te he dicho que a las diez estés en casa".
Estoy con los colegas de la Izquierda,
y a veces, del reloj nadie se acuerda...
Pues Pablo, siempre dándome la brasa.
La paga se me queda muy escasa:
cuarenta a la semana es una mierda.
(El tío Monedero, bajo cuerda,
los Lucky mentolados, me los pasa).
Un día, me cabreo y me emancipo.
¡El día que me ponga en plan Edipo,
me voy con la maleta donde Rita!
Me quedo... porque somos un equipo.
Y Pablo (que es el padre prototipo)
no puede estar sin mí: me necesita.
A VER, ÍÑIGO, LAS COSAS CLARAS
por Fray Josepho
A ver, querido Íñigo. No quiero que te enfades.
Yo sé que ves las cosas de un modo peculiar.
Que siempre te ha gustado decirme las verdades.
Y hasta contradecirme, brioso, con un par.
Me encanta que discutas y aportes al partido.
Me mola que me objetes. Pues claro, cómo no.
A mí eso no me importa. Incluso te lo pido.
Pero jamás lo olvides: quien manda aquí soy yo.
Me gusta que me hagas tu crítica sincera.
Que riñas y disputes… en plan particular:
de puertas para dentro. De puertas para fuera,
perdona que te diga, te tienes que callar.
Porque es que tú no luces barbita ni coleta.
Quien tiene aquí madera de líder… no eres tú.
Tú tienes tus gafitas, tus rollos y tu jeta.
¿Pero ocupar mi puesto? ¡Ni haciéndome vudú!
A ver, querido Íñigo. Que sí, que yo te quiero.
¿Pero eso que ambicionas?... ¡Ni jarto de coñac!
Se fue, por sus informes, el viejo Monedero.
Y tú tienes el lastre de aquella beca black.
En fin, si estás conmigo, si no te me indispones,
si sigues a mi lado sin desobedecer
y evitas, por supuesto, tocarme los cojones…
quizá te ceda un cacho de gloria y de poder.