Hacer un rescate de cadáveres a lo bestia es muy fácil, lo sabe hacer todo el mundo. Hacerlo con el debido respeto y tomando medidas para evitar males mayores, es más complicado. Me viene a la memoria un rescate absolutamente calamitoso.
La ayuda de la UME (ofrecida por el Gobierno, no por la UME), se rechazó por el riesgo que supone acumular personal en un lugar muy inestable con alto riesgo de nuevas avalanchas. No se rechazó la ayuda de helicópteros de Cantabria que casi nadie ha comentado.
Trancurridos los primeros días, todo el mundo enseña "la patita" y va a lo suyo: el propietario del vertedero está missing a pesar de su imputación; las acerías y papeleras no preguntan por el rescate sino que presionan para que se les habilite un vertedero para sus residuos, etc.
O sea … más de lo mismo.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.