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Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

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Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años
Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años
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#31

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Se te olvida un dato importante: menos de media entrada.
Hace 20 años estaría todo vendido desde hace días. Consecuencias de la publicidad boomerang.

P.D. Y hoy, con el mejor cartel y el Rey emérito, tres cuartos de entrada.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#32

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Sevilla. Asesinados por los golpistas genocidas.

#33

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Pero VicenteT si estos son que lo cogió un toro que se escapo de los encierros.

#34

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Sevilla: a ver cuándo expulsan los restos de Queipo de la Macarena ¡Qué vergüenza!

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#35

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

ya se lo han dicho por activa y por pasiva,...le han reiterado una y mil veces que le expulsan, pero por mas alto que se lo dicen, .......¡el tío, ni se mueve!. ¿qué quieres que hagan?

#36

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

- Bilbao. Quinta de las Corridas Generales. Se lidiaron toros de Alcurrucén, desiguales de hechuras y presentación. El 1º, apagado; el 2º, muy bueno y premiado con la vuelta al ruedo; el 3º, malo y orientado; el 4º, deslucido; el 5º, sobrero de la misma ganadería, sin humillar y complicado; el 6º, complicado. Tres cuartos de entrada.
- Morante de la Puebla, de verde botella y oro, tres pinchazos, media (silencio); pinchazo, dos pinchazos hondos defectuosos, (bronca).
- Diego Urdiales, de berenjena y oro, estocada (dos orejas); pinchazo, media, tres descabellos (silencio).
- Ginés Marín, de azul cielo y oro, pinchazo, estocada (saludos); media, descabello (vuelta al ruedo).
Matías soltó los dos pañuelos a la vez, como si no le costara. Los dos y la vuelta al ruedo al toro "Atrevido". Las dos orejas para Diego Urdiales justo un año después de la eclosión del toreo, de aquella tarde en la que nos partió por la mitad, es el peaje que tienen las emociones cuando son verdaderas (algunos tardamos meses en recuperarnos, volver a cuadrar la cuadrícula, resituar al bien y el mal y volver a vivir con normalidad en la vulgaridad reinante). Y ocurrió que de pronto, volvió a pasar, sin alcanzar las cotas inalcanzables por otra parte de aquel histórico día, pero el toro de Alcurrucén embistió limpio, no tan por abajo, sí profundo y con entrega (a pesar de que salió ligero del caballo en la segunda vara). Había que buscárselo después en la muleta, no lo regalaba, como no lo regala este encaste casi nunca, cada uno es como es. Y Urdiales toreó a placer, fiel a su concepto, en la rectitud, buscando la pureza, la lealtad de las formas con él primero, hacia el toro después, pisando la arena negra de Bilbao como si pesara tres veces su peso real, cimentando su manera de estar para luego crear, creérselo, contárnoslo, convencernos y deleitarnos en algunos momentos. Estructuró la faena con derechazos primero y al natural después, salpicado con un cambio de mano y un pase de pecho, ahora que me acuerdo, porque ese no se olvidará, majestuoso. Torería siempre. La suya, la que le pertenece y un estocadón en la misma yema. Y dos orejas del presidente sin dejar a la gente expresarse. No acaba de estar fino Matías, porque igualó lo inigualable. Y a esos momentos el respeto debe mantenerse infinito. Diego lo volvió a hacer. Una Puerta Grande en la plaza de toros de Bilbao le esperaba. Un empujón a las miserias que se cuecen a la vuelta del ruedo, justo en los despachos. El quinto, bis, que fue sobrero de la misma ganadería, no regaló ni una arrancada para el ánimo. Sin humillar y complicado. Lo intentó Urdiales al amparo de una labor digna. Su recompensa le esperaba después.
Morante pasó cuarto y mitad más de la cuenta por el caballo al primero y luego el animal no se movía... Salió con la espada de matar en el cuarto. Fuera de lugar el sevillano no dejó más huecos a que la bronca fuera monumental. Se les escuchó a los bilbaínos.
Ginés Marín sustituía a Roca Rey, que está fastidiado después de la cogida que sufrió en Málaga. El tercero le hizo una cruz y fue imposible pensar en algo que se acercara, aunque fuera de lejos, al lucimiento, a la defensiva el toro y sin querer pasar. Complicaciones que ni tan siquiera permitían jugarse la vida y que transmitiera. Todo quedaba en un sexto. Y el que cerró plaza tampoco fue. El alcurrucén iba con todas las reservas y a la media vuelta quería cazar. Petrificado ante él Ginés Marín, convencido. Era el sitio y la hora. Ni una duda ni un paso atrás. Comprometido, aunque vinieran mal dadas. Importantísimo Marín, convenció al toro, le hizo mejor, y al público le interesó. Meritazo. Una vuelta al ruedo que valió de verdad y esa salida a hombro de Diego. Muchas cosas quedaban atrás. Otras tantas empujaban para adelante.

#37

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Con los toros de Zalduendo, nobles pero desrazados, López Simón consiguió un gran triunfo. El Juli lo acompañó a hombros y Talavante hizo dos buenas faenas.
El Juli en su primero fundamentó en los medios la esencia de su toreo pausado, ligado y templado. Pero la falta de fuerzas del toro de Zalduendo hizo que la faena no alcanzara los objetivos previstos. Mató de estocada y saludó desde el tercio. Al cuarto, el madrileño lo toreó a la verónica con estilo sublime y remató con una media para el recuerdo. Con la muleta aprovechó la nobleza de su oponente para torear con lentitud y temple. Estocada y dos orejas. Talavante le hizo al segundo una faena medida, pulcra y llena de temple, sobre todo con la izquierda. Pinchazo y estocada: una oreja. Al quinto lo volvió a torear con pulcritud y ligazón pero la falta de raza del astado impidió mayores logros. Saludos tras aviso.
López Simón triunfó con rotundidad en Almería. El torero de Bajaras expuso las mejores cualidades de su tauromaquia: poderío, entrega y dominio de los terrenos. Todo lo hizo con buena técnica, oficio y colocación. Le cortó dos orejas a su primero tras ejecutar la suerte suprema con gran pureza al segundo intento. En el sexto dejó una buena estocada, lo que le permitió cortar una merecida oreja, que agrandó su incontestable triunfo.

#38

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

No te pierdas la crónica de El País. Según su titular, también los ganaderos están acabando con esa "gran" fiesta.
No me extraña, depués de ver al más famoso en una manifestación a favor del toro de la Vega.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#39

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Por culpa de una larga enfermedad el matador Sebastián Martín «Chanito» ha fallecido a los 76 años. La familia ha sido la encargada de dar la noticia a los medios de comunicación.

Chanito nació el 10 de febrero de 1944 en Martín de Yeltes, localidad salmantina muy vinculada al mundo taurino por su cercanía con las principales ganaderías de bravo del campo charro, y donde el Sebastián Martín empieza a soñar el toreo desde muy niño.

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También porque su padre fue el encargado de la finca de Isidro Ortuño «Jumillano», en Gejuelo del Barro, en el término de Ledesma (Salamanca), donde, precisamente, se enfundó por primera vez el terno de luces en 1965.

Su buen corte torero le hizo posicionarse muy pronto en los primeros puestos del escalafón novilleril, y logró conquistar Las Ventas en dos ocasiones, en 1967 y 1968, antes de tomar la alternativa al año siguiente, precisamente en la plaza de Madrid; fue la tarde del 20 de julio de 1969 con Andrés Hernando y Pedrín Benjumea de padrino y testigo de ceremonia, respectivamente.

Aquella tarde volvió a descerrajar la Puerta Grande de Las Ventas, la primera como matador de toros, un hito que volvería a repetir hasta en dos ocasiones más a lo largo de su carrera, gracias al concepto sobrio y clásico que atesoraba, muy castellano, y también por su valor innato y la gran pericia con la que manejaba los aceros.

Pero la meteórica carrera de Chanito quedaría truncada también por lo mucho que le castigaron los toros, la cornada más grave, sin duda, la que padeció en el cuello un mes después del doctorado, también en la Monumental madrileña, que le seccionó la carótida y la yugular.

Pero un mes después de este terrorífico percance, Chanito ya estaba otra vez en los ruedos, aunque las secuelas siempre quedarían patentes en él, tanto que poco después de su retirada en Barcelona, en 1972, sufriría una hemiplejia que le dejaría paralizado el lado derecho el cuerpo, algo que, no sólo le impediría volver a torear, sino que le afectaría incluso para hacer vida normal.

En la noche de este miércoles, 24 de agosto, las vida de Chanito ha llegado a su fin fruto de una larga y penosa enfermedad, cuando contaba con 76 años de edad.

#40

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Eran las 10.37 horas. Todavía faltaban más de veinte minutos para echar a correr delante de las reses, pero el barullo de gente advertía de lo que todos los vecinos y turistas esperan con emoción desde detrás del vallado, y también por delante de este: el primer encierro de la semana de fiestas de San Sebastián de los Reyes, los de «la Pamplona Chica». Había ganas de toros.

Unos 4.000 espectadores y más de 1.500 corredores se dieron cita ayer, a las 11, en las calles del municipio. Minutos antes, los sansebastianenses realizaban los últimos ejercicios de calentamiento. A la señal de suelta de reses, que provenían de la ganadería El Estoque, el alboroto cesó. A la espera de los bueyes, que son los que indican que los toros están próximos, los primeros corredores enfilaban la calle de la Estafeta, que desemboca en la plaza de toros La Tercera. Se les veía, incluso a estos que se mantenían alejados de la manada, el miedo en la mirada, en la velocidad de la carrera. Alcanzaban ya este último tramo los más valientes, los que acompañaban a los toros casi desde el inicio de la manga en la calle Leopoldo Jimeno. Y, de forma casi imperceptible, en apenas segundos, llegaban los animales embalados, haciendo temblar gradas y vallas y avivar los nervios de quienes observaron la escena.

Encierro «rápido y común»
El encierro fue breve, 1 minuto y 47 segundos, en 820 metros, en los que dio tiempo a caídas que dejaron seis heridos, uno de ellos de gravedad que fue trasladado al hospital de inmediato. No fue, sin embargo, una carrera peligrosa. Fue «rápida y común», según dijo el director técnico del festejo, Eduardo Flores. Los astados corrieron reunidos, aunque algo atrasados de los bueyes.

Una vez entran en abanico a la plaza, el espectáculo se concentra dentro. Tres cuartos de la grada de La Tercera se llenaron ayer a la espera de la suelta de reses, que tiene lugar acto seguido del encierro. No importó el calor, que no dio tregua; el público soportó los 35 grados del mediodía. Este es el segundo año que se retrasan los encierros hasta las 11 de la mañana, y la mayoría sabe lo que implica: abanicos, gorras y sombreros e, incluso, paraguas bajo los que resguardarse del sol.

Corredores, ayer, en el recorrido a la altura de la calle de la Estafeta
Corredores, ayer, en el recorrido a la altura de la calle de la Estafeta- DE SAN BERNARDO
Con la primera de las tres vaquillas destinadas a capea llegaron los recortes, barridos del animal y alguna que otra cornada al burladero; todo acogido por aplausos y también por silbidos, pues «a la vaquilla no se le toca», y más de uno se pasó de listo. Cuando salió el toro bravo, con garra, en el ruedo quedaron poco más de una decena de los cientos que había recortando a las vaquillas. «Este aprieta», se oyó en la grada. Pero el toro amainó, dio un par de traspiés y, cumplidos los diez minutos, se perdió tras las puertas.

A las 12.30, los niños también esperaban nerviosos a los toros, simulados, que salían tras el estallido de un cohete. En los tres encierros –uno de menores de cinco años, otro de entre 5 y 10 años, y otro para mayores de 10– los niños disfrutaron corriendo delante de las reses, como habían visto hacer en los encierros «de mayores».

#41

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

De nuevo, menos de media entrada.
Vaya futuro.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#42

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Bilbao. Octava de las Corridas Generales. Se lidiaron toros de Fuente Ymbro, muy desiguales de hechuras y presentación. El 1º, desrazado y deslucido; el 2º, buena condición pero muy bajo de raza y fuerza; el 3º, deslucido y de mal juego; el 4º, rajado e imposible; el 5º, escarbón, brutote y sin entrega; el 6º, sobrero del mismo hierro, toro bueno con movilidad y repetición.
Media entrada.
Sebastián Castella, de azul y oro, media, dos descabellos (saludos); media defectuosa, estocada defectuosa, pinchazo (pitos).
Miguel Ángel Perera, de verde hoja y oro, estocada (saludos); estocada (silencio).
José Garrido, de negro y oro, media, descabello (saludos); estocada, aviso (dos orejas).
Seguía el ambiente raro. No sé si era cuestión de ánimo o desánimo. Pero andaban los toros igual, como si el gris de la arena bilbaína se les hubiera metido en las entrañas consumiéndoles por dentro. Qué bajón. Así el primero, todo pitones, para el cielo, pidiendo al de arriba un soplido de raza que mantuviera aquello con honor, pero el honor no era, y la grisura del ambiente se mantuvo a duras penas. Colocaba bien la cara en la muleta de Sebastián Castella, que abría el cartel, pero le faltó después cuarto y mitad de casta para empujar en la muleta. Para ser toro toro. El francés, a falta de aquello, se quedó con el arrimón y complació al público. Perera hizo despliegue de temple, cosa fuerte en él, justo después de que se luciera Garrido con un quite y Curro Javier (y Barbero) con los palos. Apuró Curro al entrar al burladero y le persiguió el fuenteymbro cual diablo. Humilló después el animal en las primeras arrancadas, al primer suspiro se había acabado al toro. A la buena condición le faltó de todo, pero sobre todo fondo de raza y fuerza para mantenerse en pie. Perera lo intentó al amparo del temple y decoroso en los tiempos.
Se le ovacionó a Garrido antes de salir su toro. Bien Bilbao. Dos tardes en 48 horas. Su quinto toro en menos de 24. Buenos números. Mejor cabeza, ni les cuento el corazón. Aunque el fuenteymbro, tercero de la tarde, fuera una misión imposible a pesar de las ambiciones. ¡Un encierro a la medida de esta feria! Innecesaria a todas luces la presencia de los antis en la puerta. Verdad de la buena. Por lo innecesario de la provocación y porque dejen a los de dentro un tiempo y vendrán a gritar a solas. Garrido expuso. Expuesto. Dispuesto. El mulo no era de fiar, tampoco de apostar. Hizo lo que pudo y le mandó a mejor vida.
520 kilos portaba el cuarto. El porcentaje que tenía de bravura era ínfimo y feote de hechuras. Mucho pitón, estrecho y altote. Rajado, mansote, perdiendo las manos y sin ritmo ninguno. Y venga a correr en el último tercio. Apenas había empezado la no faena de Sebastián Castella cuando alguien del público gritó "¡Vaya espectáculo!". Y era verdad.
Un tirón y se llevó Perera al quinto al centro del ruedo; con este percal no había tiempo ni arrancadas que perder. Escarbaba el toro, se lo pensaba, merodeaba y por ahí andaba, miserias, no crean, a pesar de la buena voluntad del torero, sin ritmo ni clase cuando decidía tomar el engaño este fuenteymbro. Tenebroso espectáculo. A los corrales el sexto. Sobrero del mismo hierro el que vino después. Garrido, en tus manos. Sólo él podía echar el freno a esta debacle y lo hizo. Poderoso, templado y toreando muy por abajo a un toro que tuvo movilidad y repetición; mucho que torear, imponente embestida. Sólido Garrido. Importante Garrido. Apostó con el toro, agradecido animal. A más uno y otro, y al final, a fuerza de derechazos y también algún encuentro al natural, fue construyendo el torero un faenón. Ligado, templado, cimentado sobre la arena, ceñido, resuelto y torero en los remates... ya le pueden agradecer empresa, ganadero... Porque salvó la tarde y se encumbró con una estocada muy de verdad ante el único toro bueno de la tarde, "Pegajoso" de nombre. Y al presidente ya no le quedó otra que concederle el doble trofeo que le abría la Puerta Grande. Era de justicia. Justicia divina. Pedazo torero. Dos tardes dos. Y qué manera de ser y estar.

#43

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

Pues eso, media entrada. En realidad, ni eso.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#44

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

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Andrés Roca Rey: «Vuelvo pisando fuerte el acelerador, con las ideas claras»
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Aún no ha cumplido un año de alternativa y su nombre suena por todos los rincones taurinos: Andrés Roca Rey.

#45

Re: Los toreros y el resto de analfabetos funcionales taurinos pueden jubilarse a los 55 años

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