En plena convulsión nacional, en La Moncloa se frena cualquier impulso no solo a actuar de forma inmediata para impedir una
declaración de independencia de Cataluña, sino cualquier afirmación pública que pueda dar pistas a los golpistas. Esta mañana el Gobierno estaba pendiente de lo que se decidiera el Parlamento regional de Cataluña, que preside una de las cabecillas golpistas más activas,
Carme Forcadell. Podía ser el resorte para actuar si se preanunciaba la independencia. Pero no, Inmediatamente, desde La Moncloa se ha aclarado que «solo» se ha convocado un Pleno para que el jefe de los secesionistas,
Carles Puigdemont, explique el lunes el resultado de las urnas que puso el domingo.
Se sigue respirando una extraña calma en La Moncloa, más aún después de la declaración del Rey para restablecer el orden constitucional tras la «deslealtad inadmisible» de los independentistas catalanes. En el Gobierno siguen esperando que se produzca algún acercamiento del PSOE, que
Pedro Sánchez, del que nadie se fía en realidad, compruebe por sí mismo que el diálogo con Puigdemont es imposible porque solo quiere la ruptura total. La Moncloa espera que se produzca algún gesto de apoyo del PSOE en ese sentido. Cree que aún hay tiempo para reaccionar juntos.
A la vez, la decisión del Parlamento catalán ha dado un pequeño respiro, ya que todo indica que la declaración no será inmediata. No se descarta que después del
Pleno del lunes se convoque otro pleno para aprobar esa declaración. Rajoy mide los tiempos. No quiere adelantarse, de momento cree tener margen de maniobra.
En La Moncloa siguen echando cuentas sobre el 155. Si hay voluntad política, que la hay, se podría aplicar en menos de dos días. Sería una intervención rápida. Todo está preparado, insisten una y otra vez en el entorno del presidente.
Mientras tanto, esta mañana la vicepresidenta ha presidido la Comisión de secretarios de Estado y subsecretarios en La Moncloa, habitual de todas las semanas para preparar el Consejo de Ministros del viernes. La reunión ha transcurrido con absoluta normalidad, y se ha centrado en los asuntos que verá el Gobierno.