Estaría bueno que encima le pagaran y cotizaran a la SS por hacer huelga.......Aunque con rajao nunca se sabe......Cosas más increibles estamos viendo.
Lo que falta es regular la huelga.
Está bien el derecho de huelga lo que falta es que el empleador pueda contratar a otra persona para hacer el trabajo del huelguista.
Es una verguenza que no esté esto contemplado ...si ese señor hace huelga e incumple su contrato....se debería poder contratar a otro de inmediato y darle la patada al huelguista sin ningún derecho...por incumplimiento de contrato.
Pero está claro que esto queda solo ...para paises civilizados.
El primer problema que plantea el
concepto de patria es que cada cual tiene el suyo (incluso hay quien no tiene ninguno). No sería un problema demasiado grave, de no ser por el segundo problema que tiende a suscitar: la propensión, constatable en muchas personas, a hacer pasar por su concepto a otros.
Si el punto de partida ya es escabroso, la cosa se complica cuando entra en escena otro concepto normalmente asociado al de patria, cual es el de su defensa. Imaginemos a un
observador ingenuo que aquí y ahora trata de identificar conductas que se pretenden defensoras de una realidad patriótica, más o menos amplia, más o menos aceptada. Se encontrará con una panoplia tan diversa, y a ratos tan extravagante, que no le costará caer una y otra vez en la perplejidad, cuando no en el estupor.
Nuestro observador comprobará, por ejemplo, que para alguno defender la patria es elaborar un
censo de poetas que la menoscabaron de una u otra forma, para proponer su eliminación del callejero en el que indebidamente se colaron. Caerá bajo su espada Machado, que
soñaba caminos de la tarde, gracias a una cita mutilada y copiada de una fuente científica de primer orden llamada Viquipèdia. Caerá Garcilaso, que nació para que en él fuese probado, según confiesa, casi profético, en uno de sus sonetos,
"cuánto corta una espada en un rendido". Caerá Bécquer, del
rincón en su ángulo oscuro. Y así varios más.
Comprobará, también, que la patria de otros les demanda enrocarse en concepciones cuasirreligiosas e innegociables de su unidad, decretadas desde unas alturas que a veces son las de la Historia (o una de sus lecturas) pero otras diríase que son las de un Sinaí donde Alguien les
hizo entrega de unas tablas labradas en piedra, que ningún humano puede intentar enmendar.
En el colmo, hay quien abriga un concepto de patria, y de su defensa, que le autoriza la
eliminación de personas inocentes que pasaban por ahí. Autoriza, incluso, llenar la cabeza de niños inmaduros con justificaciones para el homicidio aleatorio de sus semejantes, urdir planes para que lo lleven a cabo y apoyarlos, municionarlos e impulsarlos en su desarrollo y ejecución. Para eso se trata, en este caso sin ningún lugar a duda, de una patria concebida y constituida
por el Dios omnipotente a cuyo designio sólo cabe plegarse con entusiasmo y plena determinación.
Aunque no faltarán quienes se lo nieguen, incluso con uso de la violencia física o verbal, es derecho del observador ingenuo, y provisto de razón,
dudar de todas estas patrias, y dudar aún más de sus defensores. Y quizá sea una necesidad buscar una visión que lo salve del atolladero, de los múltiples callejones sin salida, y lo que es peor, de la condena a condonar infamias, que tales patriotismos suelen llevar fatalmente aparejados.
Y he aquí que una tarde de verano el horror irrumpe, de la mano de unos patriotas de la tercera especie, y arroja una ráfaga de
luz dolorosa sobre el escenario. Esa luz permite ver los rotos y descosidos de muchos, que en la hora del sufrimiento porfían en defender y vender, cuando no imponer, como primera regla, la de su patriotismo contumaz y de suscripción obligatoria.
Pero venturosamente la luz expone también otra realidad. La de
hombres y mujeres del común que dejan lo suyo para dar calor o ayuda de cualquier especie a los afligidos. La de trabajadores públicos que, prescindiendo de consignas de otra índole, se aplican a prestar servicio a sus conciudadanos con la entrega y el sacrificio que su función, sostenida con el esfuerzo de todos, desde la diversidad del patriotismo o su ausencia, exige.
Y aparecen, ahí, imágenes de otra patria, una que no puede repeler ni dejar perplejo a nadie: los
taxistas que no cobran sus carreras, los ciudadanos que acogen a los
forasteros aterrados, los profesionales
sanitarios que vuelven de sus vacaciones para curar, los policías a los que se identifica con una patria que se vuelcan con los que se identifica con otra. El mosso que se baja de un coche en Cambrils arriesgando su vida para enfrentarse a cinco chavales enloquecidos, posiblemente cargados de explosivos y notoriamente armados con machetes, y asume, por todos, el
recuerdo de por vida de haber tenido que abatirlos.
Más allá de la cháchara patriótica y de sus beneficiarios, ahí se palpa la patria, se siente que
alguien la defiende y la hace existir. Sobre ese suelo convendría alzar el resto. Quizá.
El tratamiento mediático de los atentados de Barcelona y Cambrils ha deparado diversos errores en algunas de las televisiones que han cubierto la información, debido a la inmediatez en muchos casos de las emisiones.
Las imágenes más llamativas llegan de la mano del programa 'El Financiero' del canal Bloomberg en su emisión en español en México.
El presentador empieza a mostrar su confusión cuando anuncia que "el primer detenido es un ciudadano marroquí, probablemente de Melillá (sic), de este enclave, de este territorio español en Marruecos".
Sin embargo, su mayor equivocación llega algo más tarde, cuando asegura que "el otro es un catalán con su nombre, Carles Puigdemont, seguramente es un ciudadano catalán, no sé si de Barcelona o de Tarragona o de alguna otra zona catalana".
"Pero bueno, esos son los que están detenidos hasta ahora", concluye, dejando esa supuesta información en la que confunde al presidente de la Generalitat con uno de los detenidos.
"Los catalanes no nos merecemos unos dirigentes incompetentes". Con esta y otras contundentes frases un agente anónimo hunde a los independentistas y asiste "atónito" a sus declaraciones.
Tras los atentados de Barcelona y Cambrils, y una vez superada la conmoción inicial, hemos podido asistir a singulares "numeritos" políticos por parte de algunos políticos que han tratado de hacer propaganda del independentismo aprovechando la importante repercusión internacional por la salvaje acción del Estado Islámico. Casos llamativos han sido la del conseller de Interior de la Generalitat,
Joaquim Forn,
se cubrió de gloria el viernes por la noche al distinguir en
TV3 entre víctimas españolas y catalanas del atentado de Las Ramblas, como si las segundas fueran superiores o el del conseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat,
Raúl Romeva, que ha aprovechado la masacre
para hacerse pasar por ministro de Exteriores de Cataluña ante el mundo.
Todo esto no ha sido ajeno a quienes se han jugado la vida durante los ataques terroristas. Así, un Mosso d' Esquadra anónimo ha escrito una carta que rápidamente se comenzaba a compartir entre sus compañeros para posteriormente ir saltando a las redes sociales y convertirse así en viral. En ESdiario les reproducimos el documento.
El texto comienza: "Muchos agentes de los Mossos d’Esquadra asistimos
atónitos a las muestras de autofelicitaciones de nuestra cúpula, los cuales han empezado ya a repartirse sus medallas.
Pero…¿es cierto que la actuación del CME fue un éxito? Sí.
Pero…¿gracias a quienes? ¿A la cúpula, que a través de sus servicios de información
no supieron localizar una célula terrorista que vivía en Cataluña y que estuvo preparando un atentado con explosivos durante un año (o quizá más) en Alcanar? ¿O a los patrulleros, miembros de ARRO, de BRIMO, de FURA, de trànsit, quienes gracias a su enorme profesionalidad consiguieron enjaular a los terroristas con controles y neutralizaron a quienes en Cambrils quisieron cometer una segunda matanza?".
Además el agente explica que "yo lo tengo claro,
las gracias se las debemos a agentes, cabos, sargentos,…
la cúpula político policial ha fallado estrepitosamente, no supieron detectar una célula terrorista afincada en Cataluña, no quisieron ver el riesgo (y que no digan que no les avisaron) de atentado en Barcelona y se negaron a colocar jardineras o bolardos en las Ramblas y otros lugares de gran afluencia de personas. Después de la explosión de Alcanar, no fueron capaces de atar cabos hasta después del atentado, prohibieron a la GC (que se presentó en el lugar) acceder al lugar del incidente, los cuales gracias a su mayor experiencia en terrorismo hubiesen podido aportar otra visión distinta.
La cúpula negó el acceso a los agentes de seguridad ciudadana, de las identidades de quienes los servicios de información, tenían fichados como radicales yihadistas y eso que muchos agentes de seguridad ciudadana se lo pidieron y ante la negativa, la petición se hizo llegar al anterior conseller, el cual también negó esa información a quienes patrullan cada día nuestras calles".
Y continua:
¿Nadie se acuerda de las declaraciones del Major Trapero, pocas horas después descartando más atentados?
Lo de Cambrils no fue otra masacre gracias a
un héroe vestido de uniforme que neutralizó él o ella sola a una célula terrorista entera.
Señores políticos, Major, Comisarios del CME y a todos los que habiendo jugado con nuestra seguridad, no les vamos a hacer responsables de las muertes, porque responsables únicos son los asesinos, pero
no se autoalaben tanto su trabajo para tapar sus miserias y tengan la dignidad de pedir perdón y de apartarse a un lado, seguro que habrá otros que hagan mejor su trabajo".
Y termina dando las gracias "y a quienes estando de vacaciones, de fiesta, de permiso o trabajando, alargasteis vuestra jornada, os presentasteis en comisaría y hicisteis, 12, 14, 16 y más horas, con total profesionalidad, en muchos casos sin armas largas, en controles, sin coches o con una sola emisora,
GRACIAS, todos los miembros del Cos de Mossos d’Esquadra estamos orgullosos de vosotros y la sociedad catalana no olvidará nuestra profesionalidad, entrega, vocación y saber hacer nunca. *MIL GRACIAS*, de verdad".
La coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, ha criticado lo que considera "afán de protagonismo" de la CUP en el proceso soberanista y ya ha anunciado que, desde el día siguiente del referéndum del 1 de octubre, su formación no volverá a colaborar con los cupistas.