El caciquismo y el autoritarismo tienen tiradas en ambas sociedades, la catalana y la española, que pese a quien pese, son sociedades diferentes (lo cual no implica, necesariamente, la obligación de una organización estatal diferenciada).
A pesar de esa similitud pro-caciquil en ambas sociedades, la diferencia estriba en las simpatías y complicidades que despierta en el imaginario social colectivo no eso, sino lo contrario. En España las "performances" democráticas son vistas y juzgadas como sospechosas. En Catalunya son vistas y juzgadas como la más alta expresión social.
Cosas como asambleas de partidos, formación de mayorías parlamentarias transversales, organización y movilización ciudadana, discrepancias doctrinales entre organismos públicos, son vistas y vivídas de manera muy diferente en ambas sociedades.
En una sociedad, el paradigma es la uniformidad y la inexistencia de disenso.
En otra sociedad, el paradigma es el acuerdo -lo cual implica, necesariamente, diferencia previa- y hasta se busca --inlcuso de forma algo artificiosa- la visualización de una minoría discrepante.
Una muestra de las diferencias que tal mentalidad implican lo tenemos por ejemplo en Catalunya - Barcelona (AMB), en determinadas manifestaciones de uno y otro bando. En las españolistas, no es infrecuente por parte de grupúsculos, perifericos -pero no rechazados- actos de coacción e incluso violencia física contra presencias o manifestaciones contrarias. Se han llegado a estremos de agresiones personales solo por negarse a gritar "Viva España!".
En cambio, y en contraste, ciudadanos con la bandera española se manifestaron, juntos y ovacionados, el dia 3 de octubre, en la jornada de repulsa a la represión policial. Y por parte de los indepes, el mismísimo Puigdemont, bien que se alegraron de esa presencia de manifestantes españoles y unionistas.
Uno puede ser independentista (bandera estelada, por tanto), y ser un firme partidario del orden y la ley. Y en consecuencia, lo suyo sería que asistiese con total normalidad a una manifestación de SCC, por ejemplo. Dudo que saliese sin magulladuras varias...
En cambio, otro puede ser un firme partidario de la unión de España toda (bandera rojigualda, por tanto), y estar en contra del uso antidemocrático de la justicia y la existencia de presos políticos, y asistir a una manifestación de ANC. Algunos presentes seguro que se mostrarían incómodos, puede que incluso algún que otro hiperventilado lo abuchease, pero seguro que sería mayoritariamente bien recibido, y que nadie, absolutamente nadie, le pondría la mano encima.
Son dos sociedades y dos mentalidades muy diferentes.
El españolismo (el paradigma hegemónico de la sociedad española), es uniformista, nada integrador, y firme combatiente (hasta la aniquilación, si es preciso) de la discrepancia.
El catalanismo, indepe o no, es en esencia integrador, y hasta necesita de una cierta dosis de contraste o discrepancia. Más que un objetivo concreto, busca ser la expresión de una pluralidad.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!