Guía para entender la huida del ex president Puigdemont y otros enredos catalanes
LUIS PAREJO
¡Alerta! Este artículo puede contener trazas de cuñadismo. Para evitarlo, intentaremos explicar el conflicto de Cataluña (cuál si no) paso a paso.
Imaginemos que usted acaba de aterrizar en la Tierra tras un largo viaje espacial o que despierta hoy tras unos meses en estado de coma como en aquella serie de
Toni Cantó... Vale, mal ejemplo. Mejor como en aquella peli, Good bye Lenin!, y descubre que nada en
Cataluña es ya cómo era. Imaginemos pues un Good bye Puigdemont!
¿Puchmon? No. Puchmon le llamó el Nobel de Literatura
Vargas Llosa y Puchimon (tal cual) es una de las búsquedas más recurrentes en Google durante los últimos días, pero nuestro protagonista se llama realmente Puigdemont,
Carles Puigdemont.
¿Y quién es Puigdemont? Según su bio de Twitter, es el 130º presidente de la Generalitat de Cataluña.
¿Ya no lo es? Él dice que sí, pero no. Fue destituido por el Gobierno central tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
¡Protesto, señoría! No ha lugar. El 155 contempla básicamente los mecanismos excepcionales que tiene el Estado para controlar de forma subsidiaria una autonomía para obligarla al cumplimiento de sus deberes.
Pero si los catalanes hacen cosas... En efecto. En este caso, la cosa que hizo el Parlamento catalán fue declarar de forma unilateral la independencia para constituir «la república catalana, como Estado independiente y soberano».
¿Entonces Cataluña es ahora una república? Negativo. La bandera española sigue ondeando hoy en el Palau de la Generalitat.
Ah vale, que los catalanes quieren ser españoles... No del todo. Según el últimos sondeo de Sigma Dos, el 33,5 % de los catalanes quiere un estado independiente, mientras el 58,3% quiere seguir en España.
Las dos Cataluñas... O más. Por eso se equivocaba Puigdemont al hablar de «la voluntad del pueblo». Alguien dijo que Cataluña tiene tantas identidades como catalanes.
Oye, ¿y quién es ahora el presidente? Pues es una mujer, la molt honorable Soraya Sáez de Santamaría. Dijo el Gobierno que el 155 no suspendía el autogobierno pero el caso es que destituyó a todo el Govern y ahora la vicepresidenta ha asumido las funciones de Puigdemont.
¿Cómooo? Como lo oyes. Dijo Santi Vila, único conseller contrario a la secesión unilateral, que "Cataluña quería llegar a la preindependencia y ha acabado consiguiendo la preautonomía".
¿Y dónde está Puigdemont? Pues en Bruselas. Tras ser destituido, el ex president mandó un vídeo grabado a TV3, y se fue a tomar unos vinos a Girona.
¿A Chirona? No. Aún no. A Gi-ro-na. Dos días después colgó una foto en Instagram para despistar y antes de que le dieras un like, ya estaba en Bélgica.
¿Solo? ¿En Bélgica? No. Solo no. Con él están cuatro consellers intentando dar "visibilidad internacional" al conflicto.
¿Y los demás? El resto están en la cárcel acusados de los delitos de sedición, rebelión y malversación.
¡Presos políticos! Bueno. Eso dicen ellos, pero no están encarcelados por ser independentistas, sino por intentar conseguir la independencia saltándose la ley. Igual que los Jordis.
¿Qué Jordis? Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, líderes de la ANC y Òmnium, dos asociaciones que han movilizado en la calle el independentismo catalán. Se les acusó de sedición.
¿Sediqué? El Código Penal castiga con hasta 15 años a quienes "se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las leyes".
¡Votarem! Así es. Los catalanes votarán. Puesto que el referéndum del 1-O fue ilegal y el Gobierno no quiere pactar uno legal, los catalanes votarán de nuevo en unas elecciones autonómicas el 21 de diciembre.
Arrasará el independentismo... Las encuestas dicen que el bloque secesionista estará cerca de la mayoría absoluta. Podríamos volver a la situación de 2015.
¿Y entonces? Buena pregunta.