Pablo Casado, afirmando que él es un caballero y no revela secretos de alcoba, confiesa que Pedro Sánchez ya le reveló hace un tiempo cual iba a ser LA sentencia y su fecha precisa de publicación.
Sánchez no solo no lo desmintió, sino que (pa'chulo, ÉL), iba a traer "personalmente" a Puigdemont. Inquirido por periodistas, va y afirma que en esencia la fiscalía depende del gobierno, o sea, de ÉL. La vicepresi Calvo, reitera el aserto. La fiscalía, toda compungida e indignada de que revelen la verdad que todo el mundo ya sabe (los reyes magos son los papás), proclama solemnemente que ellos son "autónomos" (pero ni osan afirmar su independencia). Y ya se sabe lo que en España quiere decir eso de las autonomías, una cosa de chichinabo, donde puedes jugar con el juguetito hasta que al gobierno le de la gana. Luego quien manda, manda.
Por insinuaciones y críticas veladas menores, muchos se han rasgado las vestiduras. Ahora va el Jefe de la Oposición, y previsible alternativa de gobierno, el mismísimo Presidente del gobierno, la Vicepresi que de leyes sabe un rato, las tímidas y dudosas excusas de la Fiscalía, y ponen de manifiesto lo que es ya escandaloso, que en "Españistan" hay una unidad de destino entre los poderes ocultos del Estado, especialmente una fortísima concertación de intereses y decisiones entre alta judicatura, fiscalía, y buena parte de la organización gubernamental. Vamos, que son exactamente lo mismo, todo atado y bien atado tal y como lo dejó el Generalísimo.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!