Re: Hilo del juicio a los golpistas de guardería
Pues me acuerdo de uno que ENGAÑÓ a sus votantes al hacerles creer que bajaría los impuestos.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
Pues me acuerdo de uno que ENGAÑÓ a sus votantes al hacerles creer que bajaría los impuestos.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
Farage?
Alarde victimista de los acusados del 'procés' y sin muestra de arrepentimiento
Los acusados utilizan la última palabra para erigirse en mártires del independentismo y avisar al tribunal de que su sentencia tendrá consecuencias
Dos y dos son cinco
Los líderes independentistas alegan que han sido juzgados en el Supremo por sus ideas y piden impunidad al tribunal para «solucionar el problema político»
Seguir Pedro García Cuartango
Fue George Orwell, un intelectual que viajó a Barcelona en 1936 para alistarse en las filas republicanas, quien estableció una diferenciación entre nacionalismo y patriotismo que sigue siendo hoy tan válida como entonces.
El autor de «1984» sostenía que el patriotismo es «la devoción por un lugar y una forma de vida que no se quiere imponer»mientras que el nacionalismo es «inseparable de una ambición de poder que pretende esclavizar la vida de todos los hombres».
Los líderes independentistas que hicieron ayer uso de la última palabra en el Supremo confunden esta distinción esencial y, por ello, no dudaron en envolverse en la bandera del patriotismo para apropiarse de unos ideales que consideran patrimonio exclusivo y a los cuales invocan ahora en demanda de impunidad. Pero lo cierto es que ninguno de ellos ha sido juzgado a lo largo de estos cuatro meses por ser patriota sino por haber querido imponer –valga la expresión de Orwell– un proyecto identitario con métodos totalitarios e ilegales.
Había una hoja de ruta que pasaba por ignorar a la mitad de la población y saltarse la legalidad. El objetivo era proclamar la independencia tras alentar una consulta inconstitucional y una serie de movilizaciones que se desarrollaron en un clima de violencia e intimidación, como mostraron los videos y los testimonios de la Fiscalía.
Todo ello ha sido negado en estas dos últimas jornadas del proceso y, muy especialmente ayer, cuando Junqueras y la gran mayoría de los inculpados sostuvieron que han sido juzgados por sus ideas y no por sus actos. «Se ha buscado castigar y escarmentar una ideología», aseguró Romeva.
En un ejercicio de buenismo, Sànchez, Cuixart, Turull y Rull encuadraron lo sucedido durante el procés como un ejercicio de libertades cívicas. También acusaron al Estado de «entender la crítica como un ataque» y de aplicar un derecho del enemigo a políticos cuyo único pecado ha sido ser coherente con sus convicciones.
En un indisimulado intento de exculparse, Forcadell alegó en su turno que había sido utilizada como un chivo expiatorio y que estaba en el banquillo por ser presidenta del Parlament. Según su versión, carecía de poder político y se limitaba a refrendar lo que habían decidido los partidos.
La intervención de Junqueras, que comenzó con una cita de Dante, fue inusualmente corta y se limitó a subrayar dos ideas: que votar o defender la República no es delito y que resulta un error judicializar los conflictos políticos. Pero ninguno de ellos hizo ninguna autocrítica ni expresó el menor propósito de la enmienda aunque no faltaron las lágrimas de Turull ni de su abogado Pina, que escuchó a sus clientes visiblemente emocionado.
Último mensaje
Por el contrario, Turull, Rull, Sánchez y Cuixart dejaron constancia de que volverían a actuar de la misma forma, expresando la velada amenaza de que una sentencia condenatoria generará una reacción del nacionalismo catalán. Romeva formuló esta idea con meridiana claridad: «en este banquillo están sentados dos millones de personas que no van a cambiar de opinión en función de lo que ocurra».
A lo largo de este juicio, hemos visto como los líderes independentistas se arrogaban sin el menor pudor la representación de Cataluña que ellos dan por sentado que ostentan. La otra mitad de la población–no hace falta insistir en ello– no son catalanes. Para los inculpados, no lo son quienes no fueron a votar o quienes se oponen a la secesión. Ya lo decían también Orwell en «Rebelión en la granja»: todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros. Así se sienten los nacionalistas.
Contra la lógica más elemental y el peso de las evidencias, Romeva acusó a la Fiscalía y al Gobierno español de construir «un marco mental de odio» contra Cataluña, ignorando que la demonización del adversario ha sido una característica esencial del procés. Todavía resuena en los oídos de muchos ciudadanos el «España nos roba», mantra favorito de Artur Mas.
Y es que la naturaleza del discurso nacionalista es esquizofrénica: por una parte estimula la fractura de la sociedad para cohesionar a sus bases y, por otra, niega toda responsabilidad en el conflicto, culpando al Estado de no asumir sus reivindicaciones. En estas dos últimas jornadas del juicio, los inculpados han incurrido en una contradicción manifiesta, que consiste en decir a la vez que se sienten orgullosos de lo que han hecho para luego enfatizar que el procés fue una movilización popular espontánea y pacífica de la que fueron espectadores.
Si todo sucedió de forma imprevista y aleatoria, como sugirió Santi Vila, nadie es culpable de nada y, por ello, estamos ante un juicio político que penaliza ideas y no conductas.
Ya subrayó también Orwell esa flexibilidad del nacionalismo para interpretar la realidad: «Si el líder dice que tal evento no ocurrió, pues no ocurrió. Si dice que dos y dos son cinco, pues dos y dos son cinco. Y eso me preocupa más que las bombas».
Los líderes independentistas pretenden que creamos que no vimos lo que vimos y que el desafío al orden constitucional fue un simple ejercicio del derechos civiles como la libertad de expresión y reunión. Pero ese relato es tan absurdo como inverosímil.
En este juicio los inculpados han visto su imagen reflejada en las acusaciones de la Fiscalía y lo que mostraba el espejo no les ha gustado. Por eso, Turull, Rull y Sànchez reprocharon a los fiscales que habían caricaturizado al movimiento independentista. Y acabaron con la petición de una sentencia magnánima para «solucionar el problema político de Cataluña», en palabras de Romeva, trasladando a los jueces una responsabilidad que no les corresponde. No explicaron cómo se va a solucionar si persisten en su desprecio a la ley y en su empeño de subvertirla, como recalcaron.
Y nuevamente hay que recurrir a otra cita de Orwell para concluir: «el nacionalista no sólo se niega a condenar las atrocidades que comete sino que posee un gran capacidad para ignorarlas». El tribunal tiene en sus manos decidir si esas atrocidades quedan impunes. Visto para sentencia.
Últimas palabras separatistas en el Supremo: "Lo volveremos a hacer"
Visto para sentencia el juicio a los golpistas, que reivindican el "derecho a la autodeterminación" y piden su excarcelación.
Pablo Planas (Barcelona)
Manuel Marchena, presidente del tribunal del 'procés' | EFE
El juicio por el golpe de Estado ha concluido después de cuatro meses y 52 sesiones en el Tribunal Supremo. Poco después de las siete de la tarde de este miércoles, el juez Manuel Marchena ha pronunciado el "visto para sentencia". Los últimos informes de las defensas no han aportado novedades de calado. Insisten en negar los hechos, descalifican las pruebas y los testimonios incriminatorios y sólo admiten que sus mandantes pudieron cometer desobediencia.
La mayoría de los acusados han reivindicado el "derecho de autodeterminación" en sus alegatos finales. Oriol Junqueras, el primero en tomar la palabra, no ha consumido sus quince minutos y no ha sido el suyo el discurso más aguerrido ni el que probablemente esperaban sus bases. En su defensa se ha calificado como "padre de familia" y "profesor" con "vocación política tardía". Ha presumido de su educación en un colegio italiano, de sus convicciones democráticas, republicanas y cristianas. así como de un profundo pacifismo. "Votar y defender la república en un parlamento no puede ser delito, jamás debería ser delito" ha sido su frase más destacada.
Más extenso ha sido su compañero Raül Romeva, el exconsejero de Exteriores de la Generalidad, que se ha remitido a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut del año 2010 para fijar el origen del "conflicto político". Además, se ha aferrado a la teoría de que el ochenta por ciento de la población de Cataluña quiere un referéndum para justificar sus acciones y ha asegurado que "en este banquillo están sentados más de dos millones de personas".
Los posconvergentes Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull han reivindicado la "naturaleza política" del supuesto "conflicto entre Cataluña y España", han criticado con crudeza a la Fiscalía y a Vox, no así a la Abogacía del Estado. Parecido tono ha empleado Jordi Sànchez, expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y diputado de Junts per Catalunya (JxCat) en el Congreso. La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha resumido los argumentos de su abogada Olga Arderiu. Cree que la juzgan por haber sido presidenta de la ANC hasta 2015 y asegura que no hizo más que sus compañeros de la mesa de la cámara catalana que serán juzgados en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) solo por desobediencia.
Cuixart, el más claro
Ha sido Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium, quien más ha dado la nota al reivindicar la desobediencia civil, criticar la contaminación de los mares, el rescate bancario y el discurso del Rey. Ha declarado además que no se arrepiente y que "lo volveremos a hacer". Esa era la intención que planeaba en la mayoría de las intervenciones de los procesados, si bien Cuixart fue el más claro a la hora de expresar las intenciones separatistas.
El contrapunto de esos alegatos, con mezcla de saludos y agradecimientos a familiares, abogados y al "pueblo de Cataluña", ha venido de la mano de Santi Vila, el exconsejero de Cultura que dimitió un par de horas antes de la proclamación de la república y considerado un "traidor" por el independentismo. Vila ha puesto sobre la mesa la negativa de Puigdemonta convocar elecciones al Parlament, decisión que desencadenó el 155 y la respuesta judicial a la intentona separatista. Según Vila, Puigdemont, el gran ausente, "no pudo o no quiso" optar por esa salida, que según todos los indicios hubiera evitado la prisión provisional para algunos de sus colaboradores.
Ambiente judicial enrarecido
El juicio, pues, está visto para sentencia en medio de un ambiente judicial enrarecido por los rumores de cese de la fiscal general de Estado, María José Segarra, por no haber asumido las instrucciones del Gobierno de no solicitar el cargo de rebelión para los acusados, y también por la iniciativa de la Abogacía del Estado de no oponerse a que Oriol Junqueras adquiera la condición plena de eurodiputado, lo que podría comportar que el Supremo se viera obligado a pedir un suplicatorio en el Parlamento europeo para sentenciar al líder de ERC.
Marchena y Zaragoza
Marchena ha seguido inmutable los alegatos de los acusados, algunos empeñados en dar consejos a los jueces sobre cómo debe ser la sentencia y sin mostrar la más mínima autocrítica. Los alegatos tampoco han alterado lo más mínimo a los fiscales Jaime Moreno y Fidel Cadena, blanco de las críticas de la mayoría de los procesados. No estaba el fiscal Javier Zaragoza, que junto a Marchena ha sido una de las estrellas del juicio. Contra Zaragoza han ido dirigidas algunas de las invectivas en las palabras finales.
Otro de los grandes protagonistas, el abogado Javier Melero, defensor de Joaquim Forn, no ha expresado el sentir del resto de sus compañeros al comentar fuera de la sala que el juicio dirigido por Marchena se ha desarrollado con un escrupuloso respeto por las garantías procesales. Se da por descontado que la sentencia se emitirá como muy tarde en octubre, cuando se cumplirán dos años del golpe perpetrado en Cataluña.
Del sentido del fallo dirá mucho si el tribunal mantiene la prisión provisional para los acusados o acepta su excarcelación tras la conclusión del procedimiento. En el peor de los casos para sus intereses, los procesados confían en que serán trasladados de nuevo a las cárceles catalanas de la Generalidad, donde gozaban de privilegios impensables en otras prisiones del territorio nacional.
quedan claro los argumentos de la fiscalía...
como sabes no soy jurista aunque algo he estudiado de derecho, por eso pregunto a un amigo que tengo que es juez y que casualidad a mi me dice todo lo contrario, sobre los fiscales que han desarrollado su labor en el juicio del proces....y la verdad es que la argumentacion ante los cuatro delitos que se les acusa no me deja muchas dudas.....eso si me han demostrado los imputados una cobardia inusitada....demostrando que el valor y la valentia la dejaron en el mes de octubre de 2017....ya te he comentado que me conformaria en caso de ser condenados conque les echaran 8 años a cada uno pero me temo que va a ser un poco mas....saludos compatriota
PD tu tranquilo que en estrasburgo lo anulan todo.....o NO
Mientras la persona que redacto el articulo de rebelion opina todo lo contrario almenos con este tipo delictivo, todo depende de como lo mires, por cierto te parecio cobarte el discurso de Cuixart? me gustaria verte ante un tribunal realizando tu alegato final, desde fuera es muy facil hablar y todos podemos ser abogados, jueces, fiscales, periodistas...
mira lo que diga un periodista le doy menos chance de lo que me diga mi amigo juez, mas que nada porque entiendo yo sabra algo mas de leyes....jjjj de todas formas lo de rebelion al menos para mi es lo de menos ya he comentado que si la justicia confirma los delitos a mi conque pasen 8 años cada uno en el trullo me vale y solo con el delito de sedicion y malversacion lo alcanzan y los que no lo tienen tendran al menos sedicion y la condena solo con este es superior a 8 años luego a mi plim !!!
sobre lo de cuixart te doy toda la razon fue el unico que dijo las cosas claras ante el tribunal sin amilanarse....saludos compatriota
Por articulo no me refiero a articulo de un diario lo digo por "mira lo que diga un periodista...." me refiero por articulo al redactor del articulo en el Codigo Penal, es que creo que ha existido una confusión por tu parte o la mia que no he entendido el principio
Esto todavía es mucho más gracioso
https://twitter.com/elpaiscatalunya/status/1138799109572255744?s=19