Buenas tardes a todos. Desde que me decidí a participar en el foro, mis aportaciones han sido bastante asépticas, referidas sólo a lo que leía y/o aprendía o pensaba, y que he creído suficientemente válido como para compartirlo; aunque empezase en el foro con un razonamiento muy lógico, pero bastante ingenuo, por mi desconocimiento. Pero hoy, en las circunstancias en que estamos, quiero olvidarme por un momento de esta interminable pesadilla y hoy, datos, no. Hoy sólo lo mejor. Hoy sólo el agradecimiento por la ayuda, por la solidaridad, por lo mejor de cada uno de vosotros y de todos a la vez. Y voy a hablar en primera persona, no por ego, sino para que nadie se sienta molesto o aludido, escribir no es lo mismo que hablar cara a cara; y a mí, los faltos de educación, los que atacan gratuitamente, los desestabilizadores de foros (profesionales o aficionados, que de todo hay) me sobran, y hoy, no es a ellos a quienes me dirijo.
Hoy me dirijo a la GENTE, a la buena gente de este foro, sin nombres, porque cada uno se reconocerá, y quiero dar las gracias. Gracias,
- a la GENTE que interviene y, aparentemente, “sólo se queja” de lo que les ha pasado. Pues a mí me ayuda, me hace ver que no soy la única que puso la buena fe y la credulidad por encima de la razón, que no estoy sola, que somos más, y eso es importante para continuar;
- a la GENTE que “sólo” aporta enlaces de noticias y, también, a los que dan sus opiniones. Pues, me ayudan a saber y a reflexionar, y eso da más fuerza a mis argumentos y actuaciones;
- a la GENTE que me dio la bienvenida y contestaron a mis primeras intervenciones. Pues, fue fundamental para que me decidiera a aprender cada día más pero, sobre todo, a compartirlo;
- a la GENTE que desde una situación/postura diferente a la nuestra (los calificados de “especuladores”) dicen cosas que me desesperanzan, pero saben de qué están hablando. Pues, me enriquecen porque me aportan una visión opuesta y muy necesaria que sin ellos no tendría;
- a la GENTE que he visto que está desde el principio, a los posteriores que continúan, a los que desaparecen y reaparecen. Pues, su perseverancia me anima y me empuja a seguir;
- a la GENTE que va más allá, manda e-mails, se reúne, se hace visible en la calle y en los medios... Pues, me enardecen y me hacen decir: ¡A por ellos!;
- pero incluso a esa GENTE, que aunque se ha ido, dejó algo positivo tras de sí, pues para mí también es valiosa.
Y sí: ¡A por ellos!, y cada uno en la medida que pueda, o que quiera, ¡todo vale mientras sume!
Acordaos de “Las uvas de la ira”, que nos cuenta los frutos de una situación tan similar, en esencia, a la que estamos viviendo. Y acordaos de todas esas frases, casi sentencias, que reflejan la frustración del que pierde, la inhumanidad del poderoso y que, en su trasfondo, refleja, también, una gran enseñanza: nos necesitan para sostenerse, para ser quienes son, para no despedazarse como lobos entre ellos mismos. Los poderosos nos necesitan, y lo saben. Y lo que es mejor: ¡Nosotros también lo sabemos!
Y por eso me quedo con la frase de la gran madre de “Las uvas de la ira” :
“No pueden acabar con nosotros, ni aplastarnos.
Saldremos siempre adelante, porque SOMOS LA GENTE”