Yo también me solidarizo y doy las gracias a todos los que hoy se han manifestado en Leganés en apoyo de sus y nuestros intereses, y especialmente a Enriqueta, la madre coraje que hoy a pisado las dependencias policiales por defender la estafa, el engaño y la mala práctica que bankiarota ha cometido contra ella, su marido y sus dos hijos (todos y cada uno de ellos timados con los depósitos preferentes a plazo fijo de 5 años), al igual que todos nosotros, y no pongo en duda que lo han hecho de forma pacífica, tal y como me lo ha comentado ella misma en conversación telefónica mantenida hace un buen rato. Lo que está claro que esto ocurre por estar en el frente de batalla, por mojarse a fondo con el problema que nos desvive, no como otros que prefieren estar jugando a la petanca en los parques, a las cartas en las plazas o muy calentitos en el club del jubilado hablando del Madrid y de las bondades de nuestros gobiernos municipal, regional y central (que provablemente votaron, a sabiendas de que deberían estar en primera línea reclamando lo que es suyo, ganado a pulso día tras día y con el sudor de sus frentes, aunque tal y como se ha comportado hoy la policía, les de miedo hasta salir a la calle.
No debemos extrañarnos de lo que ha sucedido, ni de como lo cuenta la prensa, ni de cómo lo cuentan nuestros compañeros, aunque desde luego doy crédito a lo que cuentan los afectados, a los que por desgracia, más que por suerte, voy conociendo en las concentraciones que se vienen realizando en el año ya largo que llevamos con esta hijoputez que nos han ocasionado los ladrones de guante blanco con este engaño masivo.
A lo que ha ocurrido hoy, simple y llanamente, no hay derecho. No se puede tratar así a personas de la tercera edad, en su mayor parte, por parte de la policía, la cual debería estar al servicio del pueblo en lugar de defender los intereses a esta panda de mafiosos, que nos gobiernan con mentiras y decretazos, en lugar de defender a estas personas que fueron/fuimos vilmente engañadas en lo que ya se considera la mayor estafa cometida en la historia de España, por parte de los bancos, el gobierno, los organismos reguladores y en última instancia la Comunidad Europea, que como está muy lejos es muy fácil cargarle las culpas de toda la ineptitud e injusticia que nos rodea.
Jamás pensé que toda esta castuza-casposa-capulla podría conducirnos a semejante nivel de país bananero, pero se ve que pensé muy poco.
Solamente nos queda confiar en la justicia y tocar madera, ya que en dios no creo.
Mañana por la tarde nos vemos en Sol, si no nos pegan, y continuamos buscando formulas de desgaste para derrocar al Goliat que en mala hora nos tocó en cara.
Salud y ánimos para todos, y especialmente para Enriqueta, su marido Tomás y el valiente Manuel. Unidos en la lucha, no nos moveran.