Para los medios de comunicación y demás entes que nos desgobiernan y roban somos invisibles. Ayer sin ir más lejos, fui al ministerio del guindos, en el Pº de la Castellana. Rápidamente supe donde era la concentración por la cantidad de policías allí presentes. Ese edificio gris es una ratonera con al menos 6 puertas principales, 2 para salidas de vehículos y que da a 4 calles. Todo ello vallado con rejas metálicas y montón de vigilantes de seguridad. A los allí presentes, unos 40, nos vacilaron de mala manera. No vimos por donde entraron. No vimos por donde salieron y ya helados de frío, a los medios de comunicación prácticamente les rogamos que sacaran las cámaras y que nos grabaran. Lo hicieron la sexta, antena 3 y algunos fotógrafos. Resultado, que yo sepa un constipado y que no nos han sacado en ningún sitio.
Aprovecho para felicitar a los abuelos/as que vinieron de los pueblos limítrofes y que deberían ser un ejemplo para los no tan canosos y calvos que vivimos en la capital del reino de taifas.
Este post va por ellos, que a pesar de todo hacen que la llama reivindicativa siga viva y te hacen sentir que aun puede haber alguna esperanza en este puto país. Bravo por los abuelitos.