Yo no te he pedido que me contestaras, por cierto, pero sí lo haces,-como lo estás haciendo ahora de forma interpuesta despreciando mi mensaje-, intenta hacerlo de forma agonística y con el coraje de aportar argumentos. Ya que no rebatís -porque en realidad no podéis- que hayáis amedrantado e impedido hablar a los que no opinaban como vosotros -e incluso me atrevo a afirmar a los que sí pensaban lo mismo pero a los cuales no dejastéis expresar sus opiniones -, intenta al menos justificar lo inteligente y adecuado de vuestra postura y ciertamente justificar tu certeza de que La Caixa ya contaba con los votos suficientes como para hacer insignificante los del resto que allí nos congregábamos. ¿Me tengo que fiar de tu palabra? ¿Cuál es tu fuente?
Me hablas de dignidad, concepto que esgrimes para defender una actuación que los que estuvimos allí y no pertenecemos a ninguna asociación y plataforma sino a nosotros mismos, consideramos además de injusta, indigna, pues no es digno no respetar a los demás, a personas, por cierto, que han sido igualmente estafadas y tienen el mismo grado de indignación que vosotros. No hay un único modo de indignarse y de defender nuestros derechos e intereses, eso es algo que tenéis que aprender a aceptar porque vuestra intransigencia a la hora de aceptar posiciones divergentes desde el respeto y los argumentos, a través de la descalificación y el denuesto, no es sólo peligrosa para estafabanca, sino principalmente para el resto de estafados por la imagen que proyectáis de un colectivo que es mucho más amplio, en cuanto a opiniones y formas de actuación, que lo que vosotros queréis. Un respeto, por tanto, para todos. Y también para mí, que me he limitado a expresar mi opinión. He sido crítico, sí, pero correcto, y no he encontrado ni en tu respuesta elusiva y descalificadora ni en la de estafada 1000, ningún argumento contrario a las ideas que expuse ni ninguna disculpa para aquellos que lo único que queríamos ese día era expresar únicamente nuestro punto de vista y no pudimos por vuestra culpa.
Y por cierto si lo que se pretendía con ese espectáculo era atraer la atención de los medios sobre nuestro problema -que al fin al cabo sí que me parecería una razón de cierto peso para justificar el diseño de tan perturbadora estrategia- tenéis que tomar nota, dado el escaso eco mediático de tan sonora actuación vuestra, de como lo hacen los afectados en Cantabria, que están de nuevo en la portada del digital de El mundo y a los que creo que hasta han entrevistado en el new york times. Eso es saber estar y también saber como estar.
Un poco de más inteligencia, y razonabilidad, por favor, para la próxima vez. Me guste o no -y ya digo que no me gusta- os siguen muchos afectados -bastantes menos también de los que creeís, pues desunís tato como unís- y aunque sea por ellos intentar para la próxima vez pensar mejor las iniciativas que tomáis, en vez de daros tanto autobombo.