¿Hasta dónde es capaz de llegar uno por cobrar un seguro?
Los intentos de fraude contra el sector asegurador crece sin parar. El año pasado las posibles estafas investigadas fueron 146.792 (11,9% más que el año anterior).
Uno de los casos más impresionantes que se investigaron el pasado año fue el de una persona que se cortó la mano para intentar cobrar 2,1 millones de euros de 11 aseguradoras, quien había ido suscribiendo seguros de vida en diferentes compañías. El afectado comentó que la amputación se había producido cuando su coche se salió de la carretera y cayó por un terraplén, sin embargo, había varias evidencias que no encajaban con su versión: los ángulos de giro, la velocidad teórica y la limpieza del corte que no había afectado al hueso.
Otro terrorífico caso, que sucedió en 2011, es el de un hombre que se amputó el brazo a la altura del codo e intentó cobrar 600.000 euros de 8 aseguradoras, afirmando que la amputación sufrida fue por un accidente con una sierra eléctrica.
El pasado año se produjo un notable incremento del 20 % de los intentos de fraude de baja cuantía, es decir, de hasta 500 euros.
Por eso mi pregunta es, ¿hasta dónde es capaz de llegar uno por cobrar un seguro?