Hola Enroca.
Coincido plenamente con tu reflexión: "No entiendo cómo se puede llegar a este punto" sin que alguien responsable tome cartas en el asunto.
Yo, que no formo parte de "este mundillo" nunca hubiera esperado verme envuelto en un culebrón de este tipo. Menos aún, cuando creo que está clarísimo que nada de esto hubiera pasado si desde un primer momento se hubieran hecho las cosas bien y se hubiera aplicado el condicionado como procedía. (Todo se hubiera cerrado en unos días)
Procedía reposición o indemnización por valor de nuevo, según se recoge en ese condicionado, según había indicado el primer tramitador y según indicó, con posterioridad, la Comisión de Defensa del Asegurado.
Si en esos momentos me hubieran repuesto mi vehículo, habría quedado todo ahí. Y todos tan contentos.
Pero, por más intentos de razonamiento, este hombre (el segundo tramitador) se empeña en interpretar la norma a su antojo y retrasa la solución del asunto. Ese retraso provoca que se incurra en mora y lógicamente genera intereses por impago en el tiempo estipulado (según dice la ley). Y ese retraso obliga a que los restos del vehículo calcinado deban permanecer en algún sitio en tanto se aporta una solución al asunto.
El problema es que esos restos no son una caja de zapatos que pueda guardar en un armario. No puedo llevarme a mi aparcamiento un vehículo calcinado ni puedo dejarlo en la vía pública.
Cuando, después de tener diez días el vehículo en la base de la grúa que lo recogió, se traslada al taller, yo firmo un parte de “entrada del vehículo en taller” con CARGO a “seguros”, para “peritar y reparar por robo e incendio y arañazos y golpes en toda la carrocería”, según indicaciones del perito al jefe de taller y según consta en el citado documento de “entrada del vehículo en el taller”.
En febrero, antes de finalizar la peritación, el tramitador me envía una propuesta de indemnización sin que se haya hecho, según consta en dicho documento, “la determinación del alcance total de los daños” . Me ofrece valor de mercado (aproximadamente la mitad del valor de mi coche) y me pide que me haga cargo de los restos que además valoran en 3000 euros descontados a la indemnización. Lógicamente no acepto esa propuesta. Desde ese momento manifiesto al taller y a MAPFRE que no tengo interés en que los restos del vehículo calcinado permanezcan en el taller, ni en ninguna ubicación concreta, autorizándoles para que los desplacen donde crean conveniente para realizar “la determinación del alcance total de los daños”. Nadie me indica que esa estancia tendría un coste que pretenderían cargarme a mí. Tampoco me indica quién me abonaría esos 3000 euros que descuenta de la indemnización. Si lo hubiera hecho, también se podría haber zanjado ahí el tema de los restos.
En julio, el mismo tramitador, en su despacho y en presencia de mi abogado, se compromete verbalmente a asumir el dictamen de la Comisión de Defensa del Asegurado de Mapfre, a abonar los intereses por mora correspondientes, a quedarse con los restos del vehículo y gestionar ellos la baja del mismo en tráfico (sin deducir por tanto el valor de los restos), y a pactar él personalmente con el taller el asunto de la estancia del vehículo. Propuesta que LÓGICAMENTE ACEPTAMOS por corresponder con nuestras pretensiones expresadas desde el primer día.
Sorprendentemente, días más tarde, cambia de nuevo e incumple el Reglamento para la Solución de Conflictos entre las Sociedades del Grupo Mapfre y los usuarios de sus servicios financieros al no acatar las decisiones de la Comisión de Defensa del Asegurado, vinculantes para la sociedad reclamada, “sin alteración alguna”.
Creo por tanto que no proceden “pulsos” con nadie. En todo caso, será la compañía la que deba echar un pulso con este hombre que es el origen del entuerto. Procede que se aplique el condicionado de la póliza correspondiente, la ley de contrato de seguros, sus propias normas de funcionamiento y el sentido de la responsabilidad que junto al sentido común parece estar ausente en este asunto.
Por cierto, antes de hacer público este asunto, el día 12 de enero de 2010 solicité hablar con el responsable del departamento de siniestros pero me dicen que se encuentra de viaje. En su lugar me atiende la señorita M. B. V. que me dice que se interesará por el asunto y que al día siguiente me llamaría para ponerme al corriente.
Al día siguiente me llama y me dice que están esperando el pronunciamiento de la Comisión de Defensa del Asegurado y que mientras tanto… yo haga lo que estime conveniente.
Saludos.
Jm
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