Hola Janin4,
Partamos de una base: esto no es el carné de conducir. No estamos ante un conocimiento tasado, limitado y conocido a priori sino que al futuro corredor se le exige una cierta capacidad de análisis de situaciones que tal vez nadie ha vivido hasta entonces, ponerlas en contraste con una cierta técnica profesional y un cuerpo legislativo y, de ahí, obtener una solución.
Ese análisis tiene dos posibles momentos temporales:
- estoy analizando un riesgo determinado para su posterior transferencia de riesgos a una fuente de financiación (normalmente un seguro) y, en su caso, el tratamiento del siniestro según la decisión que se tomó en su momento que es de suponer será coherente con el plan. En este caso el buen corredor aporta un gran beneficio a su cliente o a un eventual perjudicado pues todo se planificó para que funcionara como una máquina bien engrasada y el resultado será coherente con el plan de transferencia de riesgos y no sufrirá incidencias. En ese plan no solo importa la aptitud del seguro para cubrir los riesgos que se pretende (idoneidad de la póliza con el riesgo) sino también la ACTITUD del asegurador que deviene en su capacidad para cumplir los acuerdos en plazo óptimo con pulcritud. Un gran indicador de que esto se ha hecho bien es que en el momento del siniestro no pueden existir dilaciones, ni rehuses no esperados, ni pagos comerciales; son indicadores de fracaso en el análisis y tratamiento del riesgo por parte del cliente, del corredor o de ambos. Otro indicador suele ser una prima temeraria; sí, es más competitiva a la hora de vender pero detrás de esa rebaja hallarás menos personal, peor cualificado, necesidad de recortar las prestaciones aquí y allá, de incumplir o de retrasar.
- estoy analizando una situación de siniestro ya materializado que se ha producido en el marco de un contrato de seguro gestionado por otro, sea directo, agente, bancaseguros o corredor. Es decir, hago un trabajo forense. En este caso tendremos dos posibles situaciones: a) se hizo una incorrecto análisis y transferencia del riesgo y hay que ayudar al cliente a entenderlo, aunque duela o b) estamos ante una compañía que no sabe cual es su obligación y debería dedicarse a otro tipo de timos.
En el primero de los casos las sorpresas tienen que ser las justas o deberíamos cambiar de profesión. En el segundo el escenario potencial es infinito pues la creatividad de la estupidez humana nos demuestra que es capaz de montar un pollo teniendo recursos para hacerlo bien. En este sentido da gracias a la vida por haberte proporcionado una actividad en la que no tendrás motivos para asombrarte y aburrirte pues tengo claro que nosotros vivimos gracias al error, al exceso de confianza, a la vanidad, la avaricia, el desprecio por el buen consejo y el absurdo que domina muchas de las decisiones humanas.
Por ello en un temario tendrás unos cuantos ejercicios que ilustrarán lo hablado en el plano teórico.
Pero en un exámen se te va a exigir que seas capaz de poner lo aprendido en juego ante una situación nueva, aleatoria y tan posible como las que se encuentra a diario cualquier corredor de cualquier parte del mundo. Dicho de otro modo: desde el momento en que eres corredor te estás examinando en cada acto profesional y tu cliente no tiene derecho a que suspendas porque le va su patrimonio o su calidad de vida en ello.
Mi consejo, reitero, consiste en que le dediques el esfuerzo pertinente a prepararte, a que tires de esa "gaseosa" con que hacer experimentos en la fase previa a la asistencia de clientes de carne y hueso. Para ellos ya tienes que estar rodado y no cometer errores.
¿Cual es la vía para aprender más y mejor? ¿Con cual es más probable andar más cojo? Creo que resulta descaradamente obvio así que no voy a ponerlo por escrito. Piensa en el cliente, en lo que este merece y piensa también en tu reputación. Esos viajes, esos kilómetros son una inversión y no solo respecto de aprobar sino de ejercer con seguridad una profesión en la que la gente va a poner en tus manos su patrimonio, la seguridad y bienestar de su familia, la continuidad de negocio de su empresa, el empleo de sus trabajadores, la capacidad de pago a proveedores,... No es para tomarlo a la ligera.
Esa es mi idea de lo que supone el aprendizaje: hacer tuyo algo que aporte valor. Lo de menos el papel que colgará en la pared de tu despacho.
Como ves soy un romántico. Otros te dirán "ve a tal sitio que te regalan el título pagando" pero esos no son corredores para mí, son otra cosa que tiene mucho que ver con un fraude: un impostor.
Un abrazo,
Carlos Lluch