#1
Peor imposible - Mapfre
Acompañadme a contaros esta triste historia: mi coche fue accidentado mientras estaba aparcado por dos coches. Hasta ahí, todo parecía estar bien. El problema comenzó con la tramitación del peritaje y el posterior contacto con mi compañía aseguradora, Mapfre. El coche fue peritado con daños en el lado izquierdo, paragolpes, tapacubos y portón trasero, tal como indicó la policía en su informe. A partir de ahí, fue un crescendo de mala praxis por parte de la aseguradora y del taller.
Esperé 9 meses por un coche de sustitución, pero conseguirlo no fue fácil: mil llamadas a Mapfre. Cuando decidí acudir al taller seleccionado por Mapfre, el trato fue aún peor. Me decían que la lista de espera no importaba, que si aparecía un coche en peor estado, se lo entregarían a esa persona, y que podía esperar un año porque, al ser un taller selecto, podían hacerlo. Además, podían reabrir el parte cuando quisieran, con comentarios de la empleada del tipo: "Ojalá me gane la lotería y deje esto". Un maltrato tras otro.
Tras mi queja a Mapfre, la señora Marisol pudo interceder y resolver casi 9 meses después. Repararon mi coche y me proporcionaron el coche de sustitución. Pero la odisea no terminó ahí. El taller realizó un trabajo a medias: tres días después de meterlo en el taller, me llamaron diciendo que estaba listo para la entrega. Les pregunté si habían reparado todos los daños, incluyendo el maletero. Me dijeron que no, porque la reparación era complicada y que lo consultarían. Respondí que el peritaje incluía dicho daño. Quince minutos después, llamaron diciendo que el maletero estaba resuelto y que podía recoger mi coche.
Sorpresa: no habían pintado la parte superior del faro, que también tenía daños del accidente, y el maletero estaba peor que antes. Dijeron que pintarían el faro sin problemas, pero que no tocarían más el maletero. Volví a llamar a Mapfre el lunes, informando que el trabajo estaba mal hecho y que el maletero estaba completamente desencajado. Me pasaron con un asesor llamado Carlos, a quien le expliqué la situación. Tomó nota y me indicó que un perito verificaría la reparación al día siguiente.
Ahí comenzaron nuevos problemas. El martes, el perito no pasó; el miércoles y jueves, tampoco. Recibí dos SMS indicando que mi coche no estaba en el taller: el perito había ido al taller equivocado por falta de comunicación. Llamé el martes mismo y lo achacaron a un error de PC. Resulta que Motor Ári SA tiene dos talleres, y el perito fue al de Telde en lugar de al de Las Palmas, donde están chapa y pintura.
El viernes, Carlos me llamó diciendo que el perito iría a comprobar los daños, alegando que estos no fueron causados por el accidente. Le repliqué que el informe policial inicial indicaba daños en el maletero, y que la primera llamada que tuvimos fue sobre la mala reparación del maletero. Pero ahora parecía que todo había cambiado: Carlos daba por hecho que el perito determinaría que el daño no fue ocasionado por el accidente, a pesar de que todos los peritajes previos al arreglo del taller lo indicaban.
Es un despropósito. Tampoco se harán cargo de que el taller me quiere quitar el coche de sustitución a día de hoy, y mi coche sigue en el taller mal reparado.
Esperé 9 meses por un coche de sustitución, pero conseguirlo no fue fácil: mil llamadas a Mapfre. Cuando decidí acudir al taller seleccionado por Mapfre, el trato fue aún peor. Me decían que la lista de espera no importaba, que si aparecía un coche en peor estado, se lo entregarían a esa persona, y que podía esperar un año porque, al ser un taller selecto, podían hacerlo. Además, podían reabrir el parte cuando quisieran, con comentarios de la empleada del tipo: "Ojalá me gane la lotería y deje esto". Un maltrato tras otro.
Tras mi queja a Mapfre, la señora Marisol pudo interceder y resolver casi 9 meses después. Repararon mi coche y me proporcionaron el coche de sustitución. Pero la odisea no terminó ahí. El taller realizó un trabajo a medias: tres días después de meterlo en el taller, me llamaron diciendo que estaba listo para la entrega. Les pregunté si habían reparado todos los daños, incluyendo el maletero. Me dijeron que no, porque la reparación era complicada y que lo consultarían. Respondí que el peritaje incluía dicho daño. Quince minutos después, llamaron diciendo que el maletero estaba resuelto y que podía recoger mi coche.
Sorpresa: no habían pintado la parte superior del faro, que también tenía daños del accidente, y el maletero estaba peor que antes. Dijeron que pintarían el faro sin problemas, pero que no tocarían más el maletero. Volví a llamar a Mapfre el lunes, informando que el trabajo estaba mal hecho y que el maletero estaba completamente desencajado. Me pasaron con un asesor llamado Carlos, a quien le expliqué la situación. Tomó nota y me indicó que un perito verificaría la reparación al día siguiente.
Ahí comenzaron nuevos problemas. El martes, el perito no pasó; el miércoles y jueves, tampoco. Recibí dos SMS indicando que mi coche no estaba en el taller: el perito había ido al taller equivocado por falta de comunicación. Llamé el martes mismo y lo achacaron a un error de PC. Resulta que Motor Ári SA tiene dos talleres, y el perito fue al de Telde en lugar de al de Las Palmas, donde están chapa y pintura.
El viernes, Carlos me llamó diciendo que el perito iría a comprobar los daños, alegando que estos no fueron causados por el accidente. Le repliqué que el informe policial inicial indicaba daños en el maletero, y que la primera llamada que tuvimos fue sobre la mala reparación del maletero. Pero ahora parecía que todo había cambiado: Carlos daba por hecho que el perito determinaría que el daño no fue ocasionado por el accidente, a pesar de que todos los peritajes previos al arreglo del taller lo indicaban.
Es un despropósito. Tampoco se harán cargo de que el taller me quiere quitar el coche de sustitución a día de hoy, y mi coche sigue en el taller mal reparado.