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Participaciones del usuario Antoine

Antoine 09/11/15 17:56
Ha respondido al tema Ganancias y pérdidas patrimoniales IRPF 2015
Gracias batiscafo por la aclaración de la disposición. En cuanto a la imputación de los activos creo que Hacienda tiende a la titularidad: en mi caso al menos mi mujer ha declarado año tras año los rendimientos/ganancias derivados de aquellos de los que es titular y yo igualmente, aún cuando todos ellos procedían de bienes gananciales, y hasta ahora Hacienda ni muuu
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Antoine 07/11/15 20:22
Ha respondido al tema Ganancias y pérdidas patrimoniales IRPF 2015
Gracias por tu respuesta. Yo tengo mis dudas, primero por que Hacienda ha aceptado hasta ahora la exención de 1.500€ por dividendos de cada uno de los cónyuges, con independencia del régimen conyugal, también por lo que dice el art. 11, que se ciñe a la titularidad, y por último, por que la disposición adicional duodécima se refiere a los porcentajes máximos a compensar en los 4 años siguientes y no al de compensación entre rendimientos del capital y pérdidas patrimoniales en el mismo ejercicio. Es lo que entiendo, aunque puede que lo interprete mal.
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Antoine 07/11/15 12:18
Ha respondido al tema Ganancias y pérdidas patrimoniales IRPF 2015
Con esta nueva regulación voy a hacer la siguiente operativa para reducir la factura fiscal 2015 (a pagar en 2016): - sumar ganancias del año obtenidas por venta de bonos/obligaciones y acciones. - sumar los intereses, dividendos y cupones percibidos y calcular el 25%. - vender acciones en pérdidas en proporción tal que iguale los dos sumandos anteriores. De esta forma consigo no tener que pagar impuesto por las ganancias patrimoniales y que hacienda me devuelva las retenciones sobre dvidendos/cupones/intereses. Ademas, como sigo confiando en las acciones en pérdidas, las ordenes de venta irán acompañadas de ordenes de compra simultaneas y por mismo precio a nombre de mi esposa, con lo que evito el requisito de los 2 meses. Como lo veis?. Gracias, saludos.
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Antoine 07/11/15 11:37
Ha respondido al tema Pago impuesto de sucesiones sin acuerdo entre las partes
Hay que estar a lo que diga el testamento. Si tu legado es claro, no entiendo que no se te haga entrega del mismo. Mi consejo es que liquides el impuesto (o que presentes liquidación con petición de aplazaminto de pago) y acto seguido le envías un requeriiento notarial reclamando el legado. Si no contesta según tu demanda, recurre a la vía judicial (con seguridad que es condenado a costas). Todo lo anterior es si el testamento es claro. Ni herederos ni legatarios pueden disponer de los bienes hasta que no exista acuerdo en inventario/partición/adjudicación. Un saludo y suerte.
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Antoine 08/09/15 22:28
Ha respondido al tema Catalunya-España 2015 (cosas que pasan)
A medida que se acercan las elecciones autonómicas, cobra importancia el dilema de todo burgués catalán a quien asusta el giro independentista del presidente Mas. A este burgués, ya sea industrial, comercial o laboral (éste, hoy, mayoritario), le disgusta la incertidumbre que provoca el proceso soberanista. Incluso el que desearía la independencia duda de que Cataluña se mantuviera en la Unión Europea o reingresara a corto plazo. Y cuando mira a los hechos, le duele reconocer que la experiencia de los últimos 38 años no garantiza que Cataluña se convierta en Austria o Dinamarca, pues en calidad de gobierno hoy se asemeja más a Portugal. Al fin y al cabo, quienes no han sabido construir una autonomía mejor que las demás, ¿por qué iban a superarse al transformarla en Estado independiente? El burgués catalán también teme los vaivenes que puedan sufrir su negocio y su puesto de trabajo. Y le irrita que le acusen de tímido; a él, que ha arriesgado su fortuna en mil batallas. Todo para que, en caso de seguir adelante el proceso, quienes hoy le acusan se apropien los posibles beneficios. No le faltan motivos para desconfiar. A lo largo de la historia, el estamento que más ha promovido el independentismo no ha sido la burguesía ni el proletariado radical, sino la clerecía. Obviamente, no está formada sólo por clérigos, aunque muchos líderes del independentismo sí hayan vestido el hábito, de Pau Claris a Lucía Caram o Teresa Forcades; ni aunque todos los estamentos eclesiásticos hayan estado implicados en todos nuestros conflictos de soberanía. Ni, lo más importante, aunque el papel de la nueva clerecía siga teniendo mucho de religioso, pues maneja más creencias que ideas. Para Samuel Coleridge, son clerisy quienes viven de crear, preservar y diseminar la cultura nacional. En la Cataluña de hoy, eso incluye a funcionarios, escritores, académicos y demás profesionales dedicados a una amplia serie de actividades, que abarca desde escribir poemas a diseñar balanzas fiscales, desde dar clases de bachillerato a presentar noticias o producir teleseries. Esta clerisy contribuye a la riqueza de las naciones cuando se centra en las ideas y no en las creencias. Pero, como todo grupo humano, tiene sus propios intereses. En tiempos de agitación, esos intereses chocan con los de la burguesía. Como apunta Deirdre McCloskey, durante los dos últimos siglos la clerecía occidental ha aprovechado toda crisis política o económica para vender ensoñaciones antiburguesas, desde el nacionalismo al comunismo. Gracias a que la burguesía le asegura el sustento, la clerecía puede dedicarse a preparar aventuras mientras “toma café al lado del Sena”. Gusta de la aventura porque, a diferencia de la burguesía, tiene mucho que ganar y poco que perder. Con la independencia, la clerecía catalana multiplicaría la demanda de sus servicios, como ya lo logró con la Administración autonómica. Hasta el mismo proceso soberanista le resulta rentable, pues, cuanto más tormentosas son las relaciones con el resto de España, más se venden muchos de sus productos. De libros a tertulias. Al contrario que los de la burguesía, que se venden menos. Por eso, a la clerecía le interesa agitar las aguas; mientras que la burguesía desea calmarlas. Ésta teme por el valor y la seguridad de sus inversiones, sus ingresos y sus empleos, todos ellos en duda hasta que una Cataluña independiente lograra estabilizarse política, económica y socialmente. Además, la clerecía sabe que su capital humano es flexible. De triunfar la independencia, sus esfuerzos serían recompensados con altos cargos en el nuevo Estado. De fracasar, los clérigos tienen las espaldas cubiertas con sus trabajos en el sector público. Algunos incluso se reubicarían en el nuevo paisaje trabajando a favor del consenso. Cuenta a su favor el que, en pro y como precio del apaciguamiento, los Madrid de todos los Estados suelen estar más que dispuestos a cooptar clerecías díscolas. Cierto que no todos sus miembros son cínicos buscadores de rentas. Al contrario: en toda Iglesia hay canónigos y creyentes, y es mejor canónigo quien es un fiel creyente. Además, muchos canónigos de la cultura trabajan para el proceso soberanista de forma voluntaria. Pero, ya les mueva el dinero, el prestigio personal o la fe auténtica en el proyecto, lo relevante es que la clerecía alcanza su esplendor cuando lidera una empresa de emancipación nacional, una empresa que da pánico a la burguesía. Esta contraposición de intereses es esencial para entender el devenir de Cataluña. Nadie conoce los costes y beneficios agregados de la independencia, pero sí empieza a estar claro que se reparten de forma desigual incluso entre los propios catalanes. Unos pagan y otros ganan. Nadie conoce los costes y beneficios agregados a la independencia, pero sería un reparto desigual Así es ahora y así parece haber sido en el pasado. Como cuenta John Elliott, también en 1640 es la clerecía quien exacerba el conflicto, despertando pasiones y sublevando a amplias capas de la población. Hasta que sube la fiebre popular, y muchos líderes de la nobleza y la burguesía se percatan de que es peor el remedio que la enfermedad. De forma parecida, el enfrentamiento con la clerecía revolucionaria ayuda a entender que sea la burguesía catalana quien promueva el golpe de Estado que rompe en 1923 el pacto constitucional, así como el gran misterio de que apoye en 1936 el alzamiento militar contra la República. Sin embargo, pese a estas experiencias históricas, la confrontación entre nuestra burguesía y nuestra clerecía aún pasa inadvertida. Se habla con profusión del choque de trenes entre el Estado español y una alianza catalana de burgueses (CDC) y trabajadores (ERC, CUP). Pero se margina que dentro del tren catalán late un conflicto tanto o más fuerte. Por un lado, una clerecía que no precisa colaborar con otros españoles en su día a día para ganarse el pan o el prestigio. Por otro, burgueses y currantes que viven de vender mercancías, que no ilusiones, y que están mucho más imbricados profesionalmente con el resto de España. Sólo estos últimos están pagando la cuenta. Permanecen callados porque, al contrario que los clérigos, el mucho hablar daña su medio de vida. Pero no tomen como inconsciencia su silencio, comprensible ante un Madrid que, para conservar el poder, suele estar dispuesto a componendas que potencian a la clerecía. Benito Arruñada es catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y Victor Lapuente Giné es autor de El retorno de los chamanes (Ed. Península), de próxima publicación. http://elpais.com/elpais/2015/09/03/opinion/1441288486_677683.html
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Antoine 07/08/15 21:16
Ha respondido al tema ¿Qué ocurrirá cuando, dentro de no mucho tiempo, ya no sea necesario el trabajo humano?
tras siete años de crisis, el pib/españa sigue siendo igual que al inicio de la crisis, peeeeeeero, las rentas del capital son ahora mayores a las rentas del trabajo, y dentro de estas, las de los altos directivos han crecido mientras que las restantes han decrecido: mas desigualdad. El pastel sigue siendo el mismo, solo que ahora se reparte de forma diferente.
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