Buenas noches Fjabi5,
Vaya por delante mi petición de disculpas por demorarme tanto en contestarte pero estos días de finales de diciembre para quienes gestionamos algún que otro colectivo más fiestas más algún que otro resfriado acaban por contar con pocos minutos libres.
Agradezco la amable valoración que haces de mis aportes y lamento tener que contestar a tus preguntas con un jarro de agua fría.
Veamos ¿por dónde empiezo?
Lo que informas es algo que he visto en repetidas ocasiones. Llevo en esto un cuarto de siglo y eso da para acumular experiencias de todo tipo pero bien es cierto que nos recordamos con más facilidad de los horrores que de los aciertos. La historia reciente del seguro está plagadita de bruscos golpes de timón que, en general, demuestran algo bastante evidente: la existencia de un mal capitán a bordo.
Para que se de lo que describes se tienen que suceder una serie de acontecimientos que generan, en su conjunto, ese bandazo. Es muy probable que:
- el corredor hay negociado con el asegurador unas condiciones de cobertura correctas pero que lo haya hecho bien con insuficiencia de prima para captar negocio rápido, bien con un comisionamiento demasiado alto que ha desangrado el resultado técnico del seguro (primas recaudadas menos gastos, incluidos pagos de siniestros) o ambas cosas. A veces el cliente no se da cuenta de que tras un precio "excelente" es decir, fuera de mercado, se está larvando un enorme problema de sostenibilidad. Por eso a mi me preocupa más el riesgo (la calidad de la cobertura) que el precio pues este debe ser una consecuencia de lo primero. Vender carne de estofado a precio de solomillo es un fraude al consumidor y venderle solomillo a precio de estofado es garantía de que pronto el barrio se queda sin carnicería. ¿Debe interpretar eso el consumidor al contratar un seguro médico? Yo creo que sí. No es el tipo de seguro del que uno pueda apearse sin más en cualquier momento y la elección debería incorporar criterios de sostenibilidad.
- estamos en entornos controlados de IPC, con tipos de interés tendentes a cero desde hace cierto tiempo y sabemos que la tecnología sanitaria tiene una creciente tendencia a la instrumentalización y robotización para reducir los daños colaterales y los tiempos de recuperación. Eso es algo que cualquier administrador de hospital sabe y que también conoce cualquier directivo técnico de aseguradora por lo que sorprende bastante que de un año para otro se den bandazos del calibre que describes salvo que se hayan hecho muy mal los deberes. Algo muy poco probable en una aseguradora de cierto porte.
- otro elemento que puede jugar en contra es una incorrecta aplicación de los criterios de selección de forma masiva. Ese es un riesgo que afecta mucho a corredurías muy grandes que funcionan con auxiliares o con vendedores a comisión puesto que puede darse cierto tunning en las declaraciones de salud y, con ello, el asegurador acaba cargando con un universo de asegurados que desequilibran sus previsiones incurriendo fácilmente en pérdidas. Ten en cuenta que el resultado antes de impuestos en el ramo de salud es cercano al 3,30% Es decir, con 1000€ de primas netas (sin impuestos) se puede obtener un beneficio medio sectorial de 33€ . Pero cualquier acto médico irrelevante en un centro reputado puede superar con creces esos 33€ lo que implica un equilibrio muy frágil. Si cualquier error de suscripción es cometido las cifras cabalgarán cuesta abajo completamente desbocadas.
- por último cabe considerar otra opción que tan solo he conocido en dos ocasiones y es la realización de prácticas de facturación abusivas por parte de un centro al asegurador. Por ejemplo, agendar una visita al paciente dentro de una semana y atenderlo solo unos segundos tras preguntarle "¿algún problema con el tratamiento?"; el médico sabe que es improbable dicho problema pero ha provocado una visita y un pase de tarjeta que no debería haberse producido. O recuerdo un hospital donde el administrador reunió al personal y les dijo "Esta máquina ha costado X millones así que toca facturar Uds 30 servicios diarios ¡apañense como quieran pero quiero esos 30 servicios!". Esa es una situación muy improbable y esperpéntica pero es necesario definirla en este inventario de lo posible.
¿Qué puede hacer el consumidor de seguros?
- De entrada nada contra el asegurador que determina internamente formalizar un cambio en el cuadro médico puesto que es de su estricta incumbencia dicha contratación para prestar asistencia a sus clientes. Cambiará el prestador pero no cambiará el concepto garantizado por lo que no se trata de un incumplimiento contractual si bien yo entiendo que sí se produce en términos de expectativas del mismo modo que si me transportan de Valencia a Madrid en un Ford Fiesta el trayecto se cumple pero puedo sentirme defraudado si me habían pasado la reserva mostrándome un Mercedes Benz.
- Pueden darnos un papel alegando pólizas vitalicias pero si en el contrato (que es lo que bilateralmente aceptamos ambas partes) se estipula que el asegurador mantiene el derecho de anular con dos meses de preaviso (art 22 Ley Contrato de Seguro) esa es la regla de juego que nos pueden aplicar.
- Yo recomiendo los seguros combinados de cuadro médico y reembolso porque nos garantizan la libertad de elección incluso en el caso de que el cuadro prescinda de los servicios de un profesional o centro de nuestra confianza.
- Un error a evitar (y es muy difícil) es fijarse en el precio del seguro. Más aún contratar algo que nos huele a imposible. Cuando una conocida aseguradora me envió publicidad que informaba "El mejor seguro médico por solo 12€" no pude sino sentir asco por el emisor y pena por los pobres pardillos que sin duda picarían con esa gilipollez. Tengo seguros que cuestan más de 450€ al mes por persona y aún así son mejorables pero lo que sí es cierto es que distan años luz de ese "chisme" de 12€ que sus promotores identifican como "el mejor". Sé que la mayoría de la población (incluido yo mismo) no podemos pagar 6.000€ por persona al año de seguro médico y, por tanto, sé que la mayoría de la población no puede tener el mejor seguro médico que conozco en España (hace poco he ofrecido a unos clientes muy especiales uno británico que cuesta el triple que el mejor español) por lo que habrá que preguntar, escuchar, aclarar, estudiar, analizar, proponer, revisar, volver a proponer... es decir, lo que yo entiendo por asesoramiento y que dista mucho de lo que hace un vendedor. Al final ¿por qué "café para todos"? ¿Por qué ese corredor había parido un seguro médico especial, propio, que ofrecía a todo el mundo por igual? Tal vez necesidades particulares requieran soluciones particulares.
Tenemos un escenario jurídico con más de 120.000 normas y leyes. No nos faltan soluciones a los problemas sino voluntad de aplicarlas. Sin ir más lejos debería bastar con tirar de Legislación de consumidores y usuarios y comprobar que declara abusivo:
- dejar la estipulación de las condiciones del contrato a la parte profesional de forma unilateral
- dejar que la parte profesional fije el precio en contratos de tracto continuado a su criterio, sin informar en plazo suficiente al cliente y sin que la fijación de precios futura tenga algún tipo de referencia comprobable y conocida a priori por el consumidor.
- dejar que se alteren las condiciones del servicio sin que ello tenga consecuencias sobre el precio del mismo si existe una merma de producto o de prestaciones o de calidad
- dejar que la parte profesional no asuma responsabilidad ante posibles daños y perjuicios.
¿Seguimos?
Yo hago lo posible, desde dentro, por cambiar las cosas a mejor y el primer paso para ello es poner de relieve, denunciar, aquello que no va por el buen sendero.
Un abrazo y feliz 2016
Carlos Lluch