Estábamos en clase de Física Cuántica en silencio escuchando con atención al profesor. Dicho silencio fue roto por una compañera que vino a decir sobre la explicación: “pero eso no es así”. Aquello provocó risas entre muchos de los alumnos. El profesor nos silenció diciendo: “Por favor, escuchemos a vuestra compañero que pudiera tener razón. La realidad científica no es cuestión de democracia”. Lógicamente la compañera reparó en su error pero, ... “la realidad científica no es cuestión de democracia”.
El aborto por tanto no es cuestión de quien pega más voces, de que manifestación convoca más asistencia, de quien consigue más votos.
El aborto es una cuestión que va en la ética de las personas, en considerar si lo que se trunca es una vida humana o no lo es. Lo único que puedo decir al respecto es que la realidad científica aceptada es que el ADN pertenece a un ser humano, que es único, estadísticamente inimitable y diferenciado del de la madre. No es parte del cuerpo de la misma, solo su huésped.
Anteponer el derecho de la libertad de las mujeres al derecho a la vida no sé a que escala de valores aceptada corresponde. La libertad perdida se puede recuperar, la pérdida de una vida es irreversible.
Para justificarlo se utilizan argumentos tan peregrinos como el de que se va a abortar igualmente. Como justificar el asesinato diciendo que de todas formas se producen.
Otro argumento es el de que no hay que traer más pobres al mundo. Cualquier día aplicando la misma lógica damos uso al armamento nuclear y devastamos África. Así su miseria no corroería nuestras conciencias.
Estamos en una sociedad enferma (no sé si más o menos que en otros períodos históricos) donde anteponemos la comodidad a la responsabilidad. Somos tan hipócritas que nos llevamos las manos a la cabeza si alguien desconsidera a un discapacitado y justificamos su aborto si se diera ese caso. Y podía seguir dando ejemplos y contradicciones.
Si milité durante algún tiempo en IU lo hice (tampoco me había caído de un nido para no conocer su postura frente a la cuestión) porque consideraba que había que tomar partido por los más desfavorecidos, los poderosos ya se defendían solitos. Por tanto le diría a Cayo Lara, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o doña Perfecta que si encuentran un ser más indefenso y frágil que un no nacido igual hasta me convencen. De momento prefiero mantener mis convicciones. Me pregunto donde esta la coherencia.